Las cofradías lloran sus ‘madrugás’ desde los balcones

España entera canta afónica las saetas de Semana Santa. El famoso paso del Silencio de Sevilla inunda los pueblos y ciudades de todo el país, donde las pasiones por las vírgenes y cristos que recorren en esta época las calles y plazas siguen cautivas en el interior de las iglesias por el coronavirus. Ante la cancelación de los espectáculos cofrades, a causa del estado de alarma, surgen iniciativas telemáticas para vivir la Semana Santa desde casa.

Los tambores, las trompetas y los cantares en los balcones se han apoderado de ciudades como Sevilla, Lleida o L’Hospitalet, o pueblos como Calanda, Zarza la Mayor o Jumilla. Estas localidades se toman muy en serio la Semana Santa, con tradiciones que superan los 600 años de historia como las procesiones de Jumilla, en Murcia. Por ello, para los apasionados de estas fiestas la plataforma “Neflicofrades” permite revivir los pasos grabados profesionalmente desde 1992. 

Incienso y llantos

El incienso acompaña las reproducciones de hermandades de media España. Pero no solo quedan para la intimidad estas visitas virtuales a las celebraciones cofrades, muchos, aprovechando las excepciones, han decidido salir a pasear vestidos de nazarenos. Es el caso de un granadino, que se ha vestido con un tradicional capirote rojo para pasear al perro por su ciudad andaluza mientras los vecinos desde los balcones le rendían una atronadora ovación.

Los tambores han retumbado en los balcones de Lleida para rememorar la conocida fiesta de moros y cristianos; las saetas se han sucedido en las calles de L’Hospitalet (Barcelona) en recuerdo de la procesión 15+1, tan famosa en la segunda ciudad catalana. Por otro lado, en el sur, en Sevilla, las flores y los llantos se han aglomerado a las puertas de la basílica de la Macarena, donde su virgen espera inmóvil la Semana Santa de 2021. 

tres recomendaciones

El confinamiento en casa por la Covid-19 también ha servido para descubrir procesiones únicas en España. Por ello, para hacer más ameno estos últimos días de Semana Santa, desde Aula News, recomendamos tres pasos que se salen de lo común: Zarza la Mayor (Extremadura), San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) y Verges (Cataluña).

Domingo de tiros. En el pueblo de Zarza la Mayor, província de Cáceres, el Domingo de Resurrección se ameniza con una peculiar procesión del Cristo y la Virgen, a la que le sigue la banda municipal. No obstante, al llegar a la plaza mayor, así como en otros puntos de la villa extremeña, los habitantes sacan las escopetas y tiran salvas al aire mientras los costaleros de ambos pasos corren, como si fueran a chocar, para parar en seco y hacer una reverencia mutua entre el Cristo y la Virgen. 

Los picaos. San Vicente de la Sonsierra, en La Rioja, también es un caso peculiar. Tras rezar la oración al Cristo, se retiran la capa de los hombros y con una madeja irán golpeándose la espalda por encima de los hombros, de izquierda a derecha. Esta penitencia acabará cuando el acompañante y el médico decidan que es el momento de ser pinchados para que salga la sangre al exterior.

Danza de la muerte. El Jueves Santo en Verges, província de Girona, arranca, tras la representación de la vida de Cristo, una extraña procesión de la Pasión. Cinco personas disfrazadas de esqueletos bailan una danza ambientada con una guadaña, un reloj sin manecillas y dos placas de ceniza, que simbolizan el paso del tiempo y la muerte. Esta tradición surgió del brote de peste que vivió el pueblo en el siglo XIV, como si fuera un castigo divino.

Esta última enfermedad de la Edad Media, tan contagiosa, puede resultar de gran impacto social porque puede recordar a la actual pandemia del coronavirus.

Multas por celebrar Semana Santa

Aunque la Semana Santa ha pasado a los balcones y los dispositivos digitales, hay quienes no  han respetado las restricciones impuestas por el estado de alarma para estas fechas.

El coronavirus paralizó el país, pero esto no fue excusa para celebrar como toda la vida el Domingo de Ramos en la localidad gaditana de Villamartín. Un hombre y una mujer decidieron saltarse las prohibiciones de las procesiones, en medio del alerta sanitaria, para celebrar con palmas y un rosario simulando la procesión de la Borriquita.

Los vecinos de las calles de la población de la Sierra de Cádiz, mientras tanto, acompañaron desde sus balcones a la pareja que fue grabada por un tercero. El vídeo en el que festejaban con un burro de peluche se hizo viral y llegó a manos de la Guardia Civil, cosa que no terminó tan bien. 

La diversión fuera del confinamiento se acabó tras la identificación de los los tres ciudadanos que incumplieron la normativa del estado de alarma. Los protagonistas denunciados por la pequeña procesión deberán pagar una multa que dependerá de la gravedad de su delito: desde 100 euros hasta los 600.000 euros. 

Pero este incidente no ha sido un caso aislado. Las fuerzas de seguridad de España han recibido más de 10.000 denuncias alrededor de todo el país y han detenido hasta 100 personas por saltarse el decreto de alarma que obliga a los ciudadanos a quedarse en casa hasta nuevo aviso.

Se repite la historia

La Semana Santa de Used (Zaragoza) se caracteriza por la procesión de los soldados romanos. Una tradición que empezó en 1911 y que se ha extendido a diferentes regiones del país, como por ejemplo, Córdoba. 

Un grupo de personas en Montilla (Córdoba) fueron investigados por la policía al saltarse el confinamiento obligatorio. Y, otra vez, el caso fue conocido gracias por las redes sociales: en Twitter se compartió una imagen de una persona vestida de romano con un tambor, simulando la procesión que caracteriza a Used. 

En Jaén fueron sancionadas nueve mujeres por salir vestidas de mantilla a la calle, reencarnando una de las procesiones más importantes en los días de la Pasión de Cristo. Mientras otros dos fueron detenidos por ir disfrazados de nazareno y de flamenca, haciendo caso omiso a las medidas extraordinarias implementadas para frenar la expansión de la Covid-19.