En pleno corazón del barrio Gótico, escondido entre callejuelas llenas de historia, existe un rincón en el que parece pararse el tiempo. La Casa dels Entremesos es un espacio que, desde su apertura en 2009, guarda algo más que figuras gigantes: guarda la memoria festiva de Barcelona. Ubicado en la plaza de les Beates, este centro cultural es mucho más que una sala de exposiciones. Más allá se ser un punto de encuentro, un taller en funcionamiento o incluso una sala de ensayo, es, sobretodo, un lugar donde poder transmitir una manera de entender y celebrar la ciudad. Aquí la cultura no se observa desde la distancia, aquí es dónde viven los gigantes.
Más que una exposición, aquí viven los gigantes
El centro nació con un objetivo claro: evitar que la cultura popular de la ciudad quede en el olvido. Para conseguirlo, no lo hizo encerrando el pasado en vitrinas, sino creando un lugar donde la tradición y el presente conviven diariamente. En sus salas descansan gigantes, cabezudos y bestias que no solo se exhiben, sino que reponen fuerzas y se preparan para volver a las calles de la ciudad en sus fiestas más emblemáticas.
La exposición permanente acoge más de 50 figuras festivas con siglos de historia. En sus salas encontramos a los conocidos Gegants del Pi, al majestuoso Àliga, al mítico Drac de Ciutat Vella o al Bou de Barcelona. Cada una de estas figuras tiene su propia personalidad, historia y simbolismo. Algunas, como los Gegants, representan a antiguos monarcas, nobles o personajes de leyenda, mientras que otras, como las bestias, remiten a elementos mitológicos y simbólicos. Todos ellos son protagonistas indudables de celebraciones como La Mercè, Santa Eulàlia o el Corpus.
Un taller que nunca duerme
Pero lo más especial es que estas figuras no son las típicas piezas estáticas de museo, ellas siguen vivas. Siguen saliendo a pasear, a bailar al ritmo de la música y a emocionar a los ciudadanos, desde los más pequeños hasta a los más mayores. La Casa dels Entremesos no es solo un lugar donde se conservan: es el sitio donde se preparan, se restauran y se ensayan. Este lugar hace de taller, almacén, centro de documentación y sala de ensayo al mismo tiempo. Este trabajo constante requiere dedicación y cariño.
Aquí, artesanos y voluntarios cuidan cada detalle para que los gigantes y bestias puedan lucir perfectos el día de su salida. Carmen, una mujer que visitó el centro con sus dos hijos pequeños, lo vivió así: “Nunca habíamos estado, y ha sido mágico. Los niños se han quedado embobados con los gigantes, y yo ya estaba pensando en las siguientes fiestas del barrio.”
La Casa está gestionada por la Federació d’Entitats de Cultura Popular i Tradicional de Barcelona Vella, que reúne a una quincena de entidades que trabajan para mantener vivas las tradiciones. Además, La Casa dels Entremesos no vivie anclada en el pasado, también mira hacia delante. Para ello, busca conectar con las nuevas generaciones. Lo hace sin perder la esencia que la caracteriza, mezclando tradición con modernidad, haciendo un guiño a los más jóvenes. Cada año, por ejemplo, recrea un pesebre navideño especial lleno de creatividad en el que le da un toque de frescura para no estancarse en el ayer.
Más que una visita, una experiencia
Visitar este centro es mucho más que mirar figuras antiguas. Es conocer la historia barcelonesa en un lugar dónde la tradición cobra vida. Es entender que, aunque la sociedad evolucione, la cultura popular siempre seguirá uniendo a generaciones. Es conocer mejor y celebrar por Barcelona. En definitiva, La Casa dels Entremesos es el hogar de las figuras más tradicionales de la ciu. Porque mientras aquí vivan los gigantes, Barcelona seguirá de fiesta.