Salud mental

“Si la ansiedad no se trata, puede provocar un trastorno obsesivo-compulsivo”

Laia Giménez, psicóloga experta en liderazgo emocional, es todo un referente en su especialidad tras 18 años de experiencia

Laia Giménez, psicóloga
Laia Giménez, psicóloga experta en liderazgo emocional / www.laiagimenez.com
Carlota  Molina Sánchez-Fortún Carlota  Molina Sánchez-Fortún

Laia Giménez (Barcelona), ponente, terapeuta y psicóloga experta en liderazgo emocional, aborda el tema de la ansiedad en jóvenes. Es miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Barcelona y de la American Psychological Association, la principal organización científica y profesional de Estados Unidos. Giménez dispone de una consulta en el centro de Barcelona donde ayuda a sus pacientes desde hace más de 18 años a generar nuevos hábitos de comportamiento, pensamiento y emoción.

P. ¿Es lo mismo estrés que ansiedad?

R. La causa del estrés es más fácil de saber, como el trabajo, por ejemplo, pero la causa de la ansiedad es más difusa. En el estrés predomina la emoción de la preocupación, el nerviosismo, la frustración, etc., mientras que en la ansiedad predomina el miedo. El estrés se desencadena por algo específico, y, en el caso de la ansiedad, muchas veces es la propia interpretación de la persona, es decir viene de dentro.

P. ¿Cuál piensa que es la causa principal de ansiedad en jóvenes?

R. La inseguridad, la falta de aceptación social, el miedo al ridículo, las exposiciones públicas, las relaciones insatisfactorias… Las redes sociales pueden influir dependiendo de la personalidad, aunque sí es cierto que cuando entra el tentáculo de la comparación, suele afectar. Si el joven compara su vida con la, aparentemente fantástica, de sus amigos o de desconocidos, puede asumir erróneamente que la suya es aburrida o que no es de interés para los demás. Entonces, influye más la interpretación que hace de las redes sociales, que de las mismas en sí.

“El efecto del coronavirus depende de la consciencia de cada uno”

P. ¿Cómo ha afectado el coronavirus a la salud mental de la gente joven?

R. Pues depende de los casos. No me gusta generalizar porque no depende tanto de la edad, sino de la consciencia de cada uno. Hay personas que necesitan fervientemente conectar con otras de su misma edad  y hacer lo que les apetece sin asumir la responsabilidad que el coronavirus implica en muchas ocasiones, culminando en una rebeldía de las normas. Por otro lado, también los hay que son prudentes, cuidadosos, que miran de vivir dentro de los límites que se han impuesto. Asimismo, también están aquellos a los que les genera miedo, aunque no lo verbalicen, y busquen estar en casa, sin salir. Por tanto, aislándose o reduciendo su contacto a la familia o algún súper amigo o amiga, lo cual también hay que controlar para ver en qué sentido está siendo o no constructivo.

P. Si la ansiedad de los jóvenes no se trata, ¿puede derivar en otro tipo de trastornos como la anorexia o la bulimia?

R. Si no se trata, puede provocar  un trastorno por ansiedad generalizada, un trastorno obsesivo-compulsivo, ataques de pánico o crisis de angustia. Sin embargo, aunque en un trastorno alimentario hay ansiedad, esta no es la causa del trastorno, sino un efecto paralelo que empeora el trastorno.

P. ¿Podría profundizar?

No todas las personas que no tratan la ansiedad acaban con bulimia, pues son cosas distintas. Depende de los rasgos de la personalidad, de los miedos y de las necesidades básicas. En el caso de los trastornos alimentarios, la sensación de descontrol genera una necesidad de control extrema que se vuelca en el dominio de uno mismo a través de la inanición –anorexia-. En el caso de la bulimia, la ingesta es el resultado de una mala regulación de la ansiedad sumado a una necesidad de cambiar o controlar aspectos de uno mismo.

P. ¿Cuándo cree que es el momento para acudir a un profesional?

R. Siempre que haya un malestar interior suspendido en el tiempo: inseguridad, falta de confianza, miedo al error o al fracaso, etc., pero también rupturas amorosas. Más que de la cuestión en sí, sería de las emociones que perduran durante unos meses: ansiedad, preocupación, tristeza, frustración, enfado, ira, vacío, etc. Evidentemente, cuanto más se tarde en ir, más tiempo cuesta en resolver, porque la misma tolerancia a la situación hace que el patrón se arraigue más en la mentalidad de la persona.

Carlota  Molina Sánchez-Fortún

3rd grade Advertising, Public Relations and Journalism student. I am interested in books, music, TV shows and travelling.