Ángel PérezCientos de millones de personas de todo el planeta pudieron ver este fin de semana la coronación del rey Carlos III y la reina Camila del Reino Unido. Una solemne ceremonia que se celebró, como marca la tradición, en la Abadía de Westminster. El monarca asumió el reinado en la silla de coronación en presencia de miembros del actual gobierno del país, incluido su primer ministro Rishi Sunak, y la Familia Real británica. También asistieron representantes de las casas reales de otros países, como el rey Felipe VI y la reina Letizia.
Los soberanos llegaron a Westminster desde el Palacio de Buckingham en el ‘Diamond Jubilee State Coach’, un carruaje que se hizo para conmemorar el 60 aniversario de Isabel II. A las 11 horas -las 12 en hora peninsular- empezaba el servicio a manos del arzobispo de Canterbury, Justin Welby. La ceremonia estuvo repleta de mensajes que reflejaron el papel actual de la monarquía y su evolución a lo largo de la historia.
Tras este acto tan simbólico que no se veía desde 1953, el Rey y la Reina volvieron al Palacio de Buckingham, sobre el ‘Golden State Coach’, en una marcha conocida como la Procesión de la Coronación. La jornada se cerró con un saludo de la Familia Real -con algunas excepciones- desde el balcón de Buckingham y una exhibición aérea con aviones y helicópteros que tuvo que ser recortada por las malas condiciones climatológicas.
Celebraciones posteriores a la coronación
Para finalizar el esperado fin de semana, los ciudadanos británicos celebraron este domingo el Gran Almuerzo de Coronación con el objetivo de sentirse todos parte de una misma comunidad. Después, la BBC organizó un Concierto de Coronación en el Castillo de Windsor con la presencia de cantantes como Katy Perry o Lionel Richie.
Un portavoz del Palacio de Buckingham expresó que los soberanos se sienten “profundamente conmovidos por los eventos de ayer y agradecidos con todos aquellos que contribuyeron a hacer de la jornada una ocasión tan gloriosa”. Carlos III y Camila resaltaron especialmente el papel de los ciudadanos británicos y visitantes que “mostraron su apoyo en tan grandes cantidades” tanto en Londres como en otras partes del Reino Unido.
