La serie británica ‘Adolescencia’ llegó a Netflix de manera muy discreta, sin apenas campañas publicitarias, pero en poco tiempo se ha convertido en una serie de la que todo el mundo habla. Con tan solo cuatro capítulos, la serie se ha metido de lleno en temas muy delicados como la presión social, la violencia entre adolescentes o el tema de la redes sociales.
Técnicamente una de las cosas que más me ha llamado la atención es como la serie está grabada: cada episodio está hecho en una sola toma, sin ningún tipo de corte, de esta manera ha conseguido que la historia sea muchísimo más intensa y más cercana, haciendo al espectador parte de todos y cada uno de los acontecimientos.
A pesar de todo, en mi caso, no puedo evitar pensar que la serie tiene una visión algo exagerada. La adolescencia para muchos puede ser una etapa complicada, pero me parece que esta serie ha querido llevar esta etapa al extremo. Hay muchas formas de ser joven hoy, muchas contradicciones, dudas, ganas, miedos… y me hubiera gustado ver un retrato que reflejara un poco más de eso, algo más real, más humano.
Debut sobresaliente
La interpretación del actor Owen Cooper es impresionante, especialmente porque se trata de su debut y es innegable reconocer que ha conseguido transmitir la vulnerabilidad, la confusión y la soledad del personaje de manera que ha mantenido al espectador enganchado con la trama.
En definitiva, ‘Adolescencia’ es una serie que arriesga con una producción muy valiente y que, sobre todo, abre debates importantes. Desde mi punto de vista, el autor ha llevado su retrato de la juventud actual a un extremo; incluso diría que me ha parecido un poco forzado.