“De 46 que iniciaron el viaje, solo 6 llegaron al destino” Entrevista a Ousman Umar

Juan Francisco Jimenez Jacinto Juan Francisco Jimenez Jacinto

RESPUESTA RÁPIDA

Una canción: Yen tio obia (Daddy Lumba).

Una película: La Vida es Bella.

Plato favorito: Fideuá.

Un libro: La vuelta al mundo en 80 días (Julio Berne).

Un lugar para visitar: Las azores (Portugal).

Un lugar al que no llevarías nunca a nadie: Valey; entre Marruecos y Algeria.

¿Cuál es el último regalo que has hecho? Protector retina de iPad.

Palabra favorita: Agradecido.

¿Qué te saca de quicio? No gestiono bien que me obliguen a hacer cosas que no quiero.

Una virtud: Amigable.

¿Qué harías si mañana fuera tu último día en la tierra? Hacer algo para que alguien no tenga que sufrir como yo; compartir la suerte que he tenido con los demás.

Tu lema de vida: Foward ever, backwards never. El gran aprendizaje o el éxito de la vida no es el hecho de no caer nunca pero sí la capacidad de levantarse cada vez que uno cae.

¿Quién es Ousman Umar?

Ousman Umar dejó su pueblo natal cuando tenía 9 años, para hacer de aprendiz en el taller mecánico de su tío en Techiman (Ghana). Desde entonces dejó de asistir a la escuela para ganarse la vida. Ousman había escuchado historias sobre Europa, y a pesar de no saber cómo leer un mapa, se propuso llegar allí, convencido de que encontraría un paraíso.

El viaje le llevó hasta Libia cruzando el desierto con una mafia de tráfico de personas. De 46 que iniciaron el viaje, solo 6 llegaron al destino final. En Libia trabajó durante 5 años, hasta conseguir el dinero necesario para retomar su camino. Finalmente llegó a Europa arriesgando su vida en una patera.

En Barcelona tuvo la suerte de conocer una familia que decidió ayudarlo. Lo acogieron y pudo acceder legalmente a un trabajo y a una educación. De ser prácticamente analfabeto, en 10 años llegó a la Universidad, donde después de dos años de Química, actualmente estudia Empresariales.

Consciente de que su caso es excepcional entre cientos de jóvenes que cada día inician viajes como el suyo, se siente con la obligación de “retornar la suerte que he tenido”, como cuenta él mismo. Y la clave para que los niños y niñas tengan la capacidad para decidir su futuro, es la educación y la información. Fundó la ONG NASCO. Por eso, desde Barcelona se preocupó de que sus hermanos tuvieran una educación. El mayor de ellos, Banasco Nuhu Seidu, se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad de Ghana. Actualmente dirige la contraparte de NASCO en el país africano.

¿Cómo es tu día a día?
Me levanto a las 7 de la mañana, entro a trabajar a las 8:00, arreglando bicicletas Brompton en Probike. Para desplazarme, voy siempre en bicicleta, trabajo de 8 a 15h aunque nunca salgo a las 15h puntual… muchos días como algo en el nostrum y luego paso dos o tres horas en la oficina de NASCO hasta a las 18h, y de 18:30 a 22h en la Universidad estudiando el grado en relaciones publicas y Marketing.
Trabajo normalmente un sábado si un no. Y una vez al mes tengo un día para dedicar a dar conferencias a institutos o centros universitarios donde me llamen; e incluso algunas universidades.

¿Si pudieras volver atrás sabiendo lo que sabes ahora, volverías a hacer el viaje?
De un lado no volveré a experimentar lo que he vivido por nada del mundo, pero también cabe decir que sabiendo lo que sé ahora daría lo que hiciera falta para poder salvar mi vida intelectual. Es cierto… dicen los sabios que la felicidad está en la ignorancia; es verdad que cuando menos sabes menos te preocupas pero hay un mínimo de educación vs. sabiduría que creo que todos debemos tener el derecho a ella.

¿Qué te impactó más al llegar al CIE? ¿Y a Barcelona?
El trato de mano de hierro que a veces nos tocó experimentar realmente me sorprendió porque pensaba que lo difícil o bien dicho los malos eran la mafia o la policía Argeliana, que nos tenían en unas cárceles inhumanas. En el CIE teníamos como mínimo la parte de la comida separada de donde nos limpiábamos pero también había trato de mano de hierro cosa que no esperaba para nada… fue toda una experiencia.
En Barcelona lo que mas me impactó fue lo moderno de la ciudad, un río de coches; muchos de ellos vacíos; había solo el conductor. Recuerdo que saludaba a la gente; nadie mi contestaba y al final me sentí raro.

Después de todo el viaje… ¿le sigues teniendo miedo a algo?
Después de todo sigo teniendo miedo; más bien mucho respeto al mar.

¿Existen más historias como la tuya en las calles de Barcelona?
Hay más personas que han pasado por lo que he pasado.

¿Qué proyectos tienes entre manos?
Soy fundador de la asociación nascoict.org y dentro  tenemos varias proyectos:
– Alfabetización de la informática.
– Cooperativas de mujeres en zonas rurales
– Turismo solidario y voluntariado
– Nasco Mosquito net

¿Quién podría ser tu referente; alguien a quién imitar?
Kofi Annan, Guardiola…cabe decir que admiro los grandes pensadores del mundo científico como, Charles Darwin, Einstein

¿Cómo te gustaría ver a NASCO de aquí a 5 años?
Una ONG, que dé acceso a la educación de las tecnologías de la información a millones de jóvenes africanos y también que haya concienciado una mayor parte de les empresas sobre los deshechos digitales y por ende había alargado la vida útil de un volumen de ordenadores muy significativo. Y también facilitado la posibilidad a las empresas que hayan colaborado con nosotros una muy buena responsabilidad social corporativa.

¿Cuál es el secreto para no rendirse?
Tener fe y confianza que mañana será mejor, es decir, ver el futuro como una oportunidad para descubrir y aprender cosas nuevas.

¿Qué palabras dedicarías a los lectores de So Good?
Os invito a pensar que este mundo está lleno de buena gente a pesar de todo y cado uno de nosotros podría dejar nuestro grano de arena positiva; convertir este planeta en un mundo mucho mejor de cómo que lo hemos encontrado.

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Juan Francisco Jimenez Jacinto

Es profesor de Periodismo en la Universitat Abat Oliba CEU