Daniel CortLas apuestas deportivas han tenido un incremento muy notable en España desde el año 2013. Esta tendencia señala un camino errático por el que algunos españoles van mal dirigidos. Vistos los hechos, el Gobierno decidió aprobar en noviembre un real decreto que compromete la publicidad de las casas de apuestas.
Aunque por mucho que los datos impacten, si los analizas no es nada extraño que hayan evolucionado de esa forma. Al final parece que estemos obligados a apostar. En el sentido de que muchísimos clubs de la élite deportiva están patrocinados por las mismas casas de apuestas. En el sentido de que antes del inicio y del descanso del partido, en el canal de Movistar Plus se muestran las cuotas del partido que se está transmitiendo para incitarte aún más a jugarte dinero en ese encuentro.
Todo esto ha llegado hasta el punto de que un personaje público como Julio Maldonado “Maldini”, una persona aparentemente sensata y un periodista deportivo muy reconocido dentro del mundo del fútbol, divulga en su propio canal de Youtube la casa de apuestas Betfair. Ni siquiera por el hecho de que esté a favor de ellas, simplemente por el hecho de que le pagan por promocionar a dicha compañía de juego. Otro reflejo de cosas que se esconden detrás de todo esto: dinero e intereses. Sin darle importancia al trasfondo del mensaje que captan involuntariamente los usuarios del juego.
Los participantes de estas actividades no absorben nada bueno de este negocio, ya que los valores que más se acercan a él son la irresponsabilidad y la ignorancia, aptitudes negativas aprovechadas por los magnates de estas empresas, que se enriquecen juntamente con los clubes deportivos profesionales. Para los aficionados a los que les gusta el deporte cómo tal es duro ver en lo que se está convirtiendo este mundo. Un mundo apasionante, pero que a día de hoy se sigue pudriendo por culpa de mafias (porqué no dejan de ser mafias). Un mundo que en los últimos años ha estado cargado de amaños y corrupción.
Solución eficaz pero tardía
Afortunadamente, en noviembre, Alberto Garzón, ministro de Consumo, sacó adelante un real decreto que pone en jaque a la propaganda de las apuestas deportivas y al juego reiterativo de las mismas. Algo que supondrá la extinción de los contratos publicitarios de los clubes de fútbol con las casas de apuestas a final de la vigente temporada. Sin duda, la decisión del ministro se tiene que aplaudir. Pero a partir de ahí se abre el debate de si esa resolución se ha tomado pronto o demasiado tarde. Y dependiendo del caso, investigar qué factores han afectado sobre esa determinación.
En conclusión, confío en que después de haber creado este real decreto, el deporte va a tener un antes y un después. Aparte, espero que esto abra los ojos a los jugadores de estas plataformas para que se den cuenta de la magnitud de la situación que envuelve a las apuestas.
