Lara Diaz ArdiacaMayte Márquez (1968, Huelva) es una asesora, que se dedica a acompañar a las empresas y personas para que le encuentren sentido a su trabajo, comprometiéndose y aportando valor. Actualmente, esta trabajando en DPMC, una consultoría, dirigiendo los procesos de transformación Cultural. La pandemia ha hecho que las organizaciones acudan a ella en la búsqueda de su propósito y vencer la situación.
P: Usted trabaja diariamente en conseguir que las empresas tengan un propósito. A partir de la Covid-19, ¿cómo ha aumentado o disminuido su trabajo?
R: Ha aumentado mucho. Esto es consecuencia de los cambios que se están aconteciendo dentro de las organizaciones. Variaciones que vienen generadas por el entorno VUCA, acrónimo de Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad, que hace referencia al ambiente inconsistente en el que nos encontramos. Ante la indecisión y complejidad del entorno, contar con un propósito empresarial es clave para poder orientar con agilidad las decisiones que se toman a nivel estratégico.
P: ¿Qué es el propósito en la empresa?
R: Son los compromisos claves que se adoptan con cada uno de los diferentes grupos de interés para los que estamos en el mercado. Que al final se resumen en el “para qué” estamos como empresa u organización. Ser parte del paradigma de que no solo estamos para maximizar el beneficio, sino para dejar una huella positiva en los diferentes grupos para quienes trabajamos (clientes, proveedores, accionistas, comunidades, sociedad…). El espíritu de servicio es clave para contar con el propósito.
P: ¿Podría resumirnos brevemente cuáles son los beneficios del propósito en una empresa?
R: Cuando una empresa tiene bien clarificado su propósito y, los trabajadores lo tienen interiorizado, se genera unidad que se traduce en innumerables beneficios. Principalmente, esto crea un mayor compromiso y sentido de pertenencia de los empleados a la empresa, encontrando más utilidad a sus jornadas laborales. Además, clarifica la dirección estratégica y define la propuesta de valor. Ayuda a alinear los sistemas de gestión, dando más agilidad a la organización y huyendo de la burocracia. Asimismo, define un liderazgo trascendente y hace que los clientes refuercen su confianza en la compañía.
La empresa en pandemia
P: ¿Cómo ha afectado la Covid-19 al propósito corporativo? ¿Ha mutado?
R: El propósito de las organizaciones tras la pandemia ha adquirido aún más sentido, siendo más necesario para afrontar la situación y convertirse en empresa resiliente que ha sabido utilizar la adversidad vivida como palanca de crecimiento.
P: ¿Cree que la pandemia está fomentando empresas más conscientes y con más sentido?
R: Sin duda alguna. Las empresas, que al final son personas tomando decisiones en un mercado determinado, han aumentado la consciencia del “para qué” y “para quién”. Esta situación nos ha hecho replantearnos, desde un paradigma diferente, un capitalismo mucho más consciente. Pues se ha demostrado el papel tan significativo que han tenido las empresas en la gestión de la crisis generada por la Covid-19. Básicamente, el propósito empresarial es la clave para afrontar la pandemia.
P: En esta época pandémica, ¿cree usted que han salido más reforzadas y con mejor reputación las empresas con propósito?
R: Aquellas en las que sus personas han vivido desde la autenticidad sus propósitos personales alineados con el propósito de la empresa, sí. Las empresas que han permitido que sus trabajadores ejerzan su autonomía dentro de su campo de actuación, y se han podido sentir “dueños” de su trabajo, han sabido convertir la pandemia en una oportunidad para darle sentido a su empleo, generándose un compromiso por encima de lo esperado que a su vez ha generado alta confianza en el mercado.
Oportunidad de futuro
P: Una vez superada la pandemia, ¿cómo cree que va a evolucionar el concepto de propósito de la empresa?
R: El propósito de la organización evolucionará hacia la conexión con el propósito de las personas. Y este hecho nos llevará hacia empresas más líquidas, ágiles y flexibles donde los planes a corto plazo se sostendrán en la sinergia de los propósitos personales aunados por la misión de la compañía. Es una evolución que viene y ya hay empresas que son actoras conscientes de este proceso. Los diferentes negocios pueden convertirse en los proyectos personales de quienes quieren aportar a esta sociedad y a través de los cuales pueden ganarse la vida. Sin margen no hay misión en una empresa, pero es en la misión donde se pondrá el foco tanto a nivel micro (personal) como macro (sistémico u organizacional).
