Desarrollo científico

La inteligencia artificial ayuda al médico en beneficio del paciente

Los expertos descubren los retos y oportunidades que ofrece la tecnología emergente en salud

La inteligencia artificial está presente en múltiples sectores que hacen nuestra vida más fácil.
La inteligencia artificial en salud está cada vez más presente / Canva
Marta Jorge Marta Jorge

La inteligencia artificial (IA) ha llegado para hacer la vida más fácil a las personas en múltiples sectores. Uno de ellos es el entorno sanitario, donde está cada vez más presente. El beneficio potencial de esta tecnología es relevante porque impacta en los pacientes gracias a la ayuda que ofrece a los profesionales en sus tareas diarias.

En Medicina, la IA todavía es una tecnología a desarrollar con un futuro prometedor. Por el momento, aún es pronto para que esta tendencia emergente dé el salto definitivo al mercado y se instaure en el sistema nacional de salud.

Entender la inteligencia artificial

Juan Francisco Jiménez, profesor del Máster en Comunicación Digital e Innovación Tecnológica en la Universidad Abat Oliba CEU en Barcelona, considera que “la IA es más que un ordenador y un algoritmo”. Para él, “hace que el ordenador adquiera un aprendizaje de forma artificial proyectando capacidades propiamente humanas en la tecnología”. La moderna inteligencia artificial aporta ventajas significativas respecto a los antiguos algoritmos. “Para que un algoritmo tradicional sea bueno, el  programador informático tiene que diseñarlo bien. Por tanto, el ser humano es el principal factor limitante para la computación clásica”, declara el profesor.

El desarrollo tecnológico ha convertido al ordenador en un cerebro artificial capaz de desarrollar su propio aprendizaje a partir de la evolución de los sistemas informatizados clásicos. Jiménez afirma que esta tecnología representa un nuevo paradigma: “Antes les decíamos a las máquinas qué tenían que hacer, ahora les indicamos qué tienen que aprender”.

En la IA un ordenador parte de órdenes y bases inmensas de datos desestructurados introducidos por un ser humano. La máquina aprende hasta identificar modelos o tendencias por él mismo estructurando esa información.

El proceso de estructuración de datos en inteligencia artificial.
En inteligencia artificial, infinidad de datos desestructurados se estructuran tras digitarlos previamente /Marta Jorge

Esta tecnología realiza la estructuración de datos con precisión y rapidez, una tarea que el ser humano es incapaz de llevar a cabo. De hecho, la máquina aprende mucho más rápido que las personas gracias a múltiples repeticiones basadas en ensayo y error.  Cada vez que comete un error, el ordenador reconoce que ha elegido un camino incorrecto. Tras millones de repeticiones y de identificar errores, elabora un modelo o patrón final.

IA en codificación

La empresa especializada en el asesoramiento de servicios hospitalarios ASHO es pionera en codificación clínica desde hace casi 3 décadas. Cuando un paciente llega al hospital, se le realizan distintas pruebas para llegar a un diagnóstico que permita al médico prescribir un tratamiento adecuado. Cada una de las pruebas, diagnósticos y procedimientos se clasifican en códigos alfanuméricos basados en una clasificación internacional con el fin de ordenar los datos. Para que la IA entre en juego es imprescindible digitalizar esa información.

El proceso de codificación clínica de datos hospitalarios es imprescindible para que la inteligencia artificial pueda aplicarse.
La codificación de datos clínicos es imprescindible para que la inteligencia artificial pueda aplicarse / Marta Jorge

Juli Climent es responsable de IA en ASHO. En declaraciones a AULA NEWS, este experto afirma que “ASHO es uno de los principales líderes del mercado de la codificación en España”. Tras 20 años organizando datos hospitalarios manualmente, en ASHO están seguros de que pueden crear buenos modelos mediante inteligencia artificial. Tal como asegura Climent, “cuanto mejores son los datos disponibles, mejores predicciones conseguirá la IA, y nosotros tenemos información de calidad que hemos recopilado durante años”. Para seguir mejorando sus procesos de codificación clínica, la empresa acaba de cerrar un contrato con el Barcelona Supercomputing Center.

Alcance en salud

La IA en el ámbito sanitario tiene infinitas aplicaciones. Sustituir las historias clínicas de los pacientes en formato papel por registros electrónicos ha sido clave para desarrollar la tecnología en este entorno. La investigación es uno de sus campos potenciales de aplicación. Para Climent, “mediante un modelo basado en predicciones, la IA analiza los datos de diagnósticos de enfermos y puede incluirlos en grupos de riesgo de padecer enfermedades”. También rompe una lanza a favor de la prevención: “Esta información permitiría hacer entender al paciente, por ejemplo, la necesidad de dejar de fumar para evitar desarrollar un problema de salud grave”.

Otra área donde el empleo de la IA es prometedor es en el diagnóstico de enfermedades mediante teléfonos móviles y ‘wearables’. “Nuestros propios dispositivos móviles u otros desarrollados específicamente por empresas pueden enviar datos a un servidor para obtener información útil que permita hacer predicciones sobre salud”, subraya Climent.

La prestación de servicios médicos a distancia o telemedicina también se ha desarrollado mucho en el ámbito de la imagen gracias a lo que en IA se denomina visión artificial. En la actualidad, cuenta con usos en múltiples especialidades médicas como la dermatología. En esta área de especialización existen ‘softwares’ capaces de diferenciar con precisión un cáncer de piel de una peca a partir de una foto realizada con un móvil.

Proteger los datos

La requerida confidencialidad de la información sensible que se maneja en el ámbito de la salud obliga a garantizar su protección. De hecho, la necesidad de un gran volumen de datos para mejorar el aprendizaje computacional en la IA hace necesario que hasta los usuarios reacios a compartir datos de salud puedan hacerlo con tranquilidad. Por un lado, las empresas deben invertir en ciberseguridad para evitar ataques externos a sus bases de datos. Por otro, para proteger la privacidad hay que ocultar la identidad de los pacientes. “La propia IA ayuda a ocultarla porque incorpora un filtro adicional de protección al sistema para evitar la filtración de datos”, señala el experto.

La limitación ética

Si en IA el ‘software’ trabaja con datos sesgados, hará predicciones y creará modelos erróneos. Un tipo frecuente de sesgo en salud y en otros ámbitos es el de género. Si no se corrige, a la hora de estructurar datos la IA descartaría a las mujeres si la variable “sexo” no fue supervisada previamente. Por tanto, el ser humano es imprescindible en el proceso, no solo para establecer filtros éticos, sino también para garantizar que los resultados estén balanceados y homogeneizados. Según Climent, “evitar que el ‘software’ saque conclusiones inadecuadas requiere minimizar errores, por eso son las personas las que deben auditar los datos”.

En inteligencia artificial, el ser humano es insustituible.
En inteligencia artificial, el ser humano y la tecnología van de la mano/ Freepik

El experto matiza que “la IA no viene a sustituir a nadie, sino a ayudar y mejorar  la labor diaria de los profesionales”.  Por tanto, a pesar de ser una tecnología dotada de inteligencia, las máquinas no disponen de la autonomía suficiente para sustituir a las personas.

Futuro de la inteligencia artificial

El objetivo principal de la inteligencia artificial en salud es mejorar la calidad de vida de las personas. “ASHO tiene una visión holística de la IA, porque lo importante es facilitar las cosas al médico sin olvidar dar confort a los pacientes”, concluye Climent.

De momento, los progresos en IA se centran en prototipos e iniciativas con un desarrollo aún incipiente. No obstante, en salud se vislumbran perspectivas prometedoras para optimizar recursos y mejorar circuitos a partir de datos que las personas deben querer compartir.  Los profesionales disponen de una herramienta segura para los expertos que permitirá visitar mejor y reducir tiempos de espera.

El debate de si la IA reemplazará a los humanos no juega en esta liga por el momento. Hoy por hoy, existe una tecnología basada en el uso masivo de datos que puede aportar valor optimizando recursos, así que toca aparcar estereotipos. Mejorar la calidad de vida de los enfermos es posible gracias a las ventajas de la tecnología de la mano de los profesionales sanitarios, cuya labor sigue siendo imprescindible y, de momento, insustituible.

 

 

 

 

Marta Jorge

Estudiante de Periodismo en la UAO CEU