El apoyo hacia Ucrania y Polonia aumenta día tras día para ayudar a todas las personas que están sufriendo las consecuencias del devastador conflicto bélico. Marcelo Ortega, Luis Argelich, Carlos Framis y Tomas Pérez son cuatro valientes jóvenes de 20 y 21 años que han creado “Dos Manos Por Persona”. Esta es una iniciativa que tiene como objetivo ayudar al pueblo ucraniano. Argelich, uno de sus fundadores, relata la situación y el proceso de este proyecto.
PREGUNTA. Esta iniciativa nace por 4 amigos durante la invasión rusa. ¿Cómo se ha organizado el proyecto?
RESPUESTA. Está dividido en dos: una primera parte se basa en el transporte, donde se facilita la movilidad a las personas ucranianas que salen de su país. A través de donaciones económicas y de servicios, hemos podido llenar más de un avión con destino a España. La otra parte se encarga de estar en primera línea de frontera ayudando con la alimentación, el reabastecimiento, las maletas, etcétera.
P. ¿Dónde nació esta iniciativa?
R. Estábamos los 4 amigos que formamos Dos Manos Por Persona en un bar tomando unas cervezas, comentando la situación que estaba ocurriendo entre Ucrania y Rusia y lo mal que lo debían estar pasando los ucranianos. Uno de los miembros del grupo dijo que el quería ayudar y si queríamos acompañarlo.
P. Desde ese momento ya nada les detuvo.
R. Al día siguiente fuimos al consulado de Ucrania para saber si realmente podíamos ayudar o si seríamos un estorbo. Tras explicarles nuestra propuesta y al ver la manera en la que se habían emocionado, no nos lo pensamos más.
P. En cuanto al ‘naming’, ¿por qué Dos Manos Por Persona?
R. Surge de una conversación que tuvimos a raíz de un comentario: “¿Os imagináis que hubiera un voluntario por cada persona que sale de Ucrania?”. Fue a partir de ahí donde sacamos el nombre. Es necesario dos manos de ayuda por cada persona.
P. De toda esta experiencia, ¿qué diría que les ha impactado más?
R. La experiencia por sí misma es impactante. Te encuentras en varias situaciones difíciles de manejar, pero a la vez te das cuenta de que con pequeños detalles puedes ayudar mucho. Pero, lo que más nos ha impactado es la fuerza de las madres. Era chocante ver cómo las mujeres aprovechaban cualquier ocasión para hacer reír a sus hijos a pesar de notar en sus caras mucho cansancio y pena. Fingían que no pasaba nada e intentaban hacerles reír en todo momento.
P. Ustedes son jóvenes cursando estudios y con muchas cosas que hacer. ¿Qué dirían que han sacrificado?
R. No consideramos que hayamos sacrificado nada, al contrario, nos ha aportado muchísimo. Si nos paramos a pensar en el término “sacrificar” como definición, podríamos decir que hemos renunciado a tiempo en nuestra zona de confort, dinero que gastaríamos en cervezas o clases en la universidad. Sin embargo, realmente no notamos que hayamos prescindido nada de esto, ya que esta experiencia nos ha aportado muchísimo más de lo que hemos perdido.
P. Debe ser un proyecto lleno de emociones. ¿Qué han aprendido gracias a Dos Manos Por Persona?
R. Parecerá un tópico, pero, como ya mencionamos en algún ‘post’ de Instagram: “Con pequeñas cosas puedes hacer feliz a muchísima gente”. Es curioso cómo personas que no conoces te pueden enseñar tantas cosas. Virtudes como la fortaleza, la fuerza de no rendirse y, sobre todo, la esperanza.
P. Un proyecto así cambia la vida de cualquiera.
R. Nos hemos encontrado con un pueblo súper agradecido, siempre con buenos modales. Después de pasar casi 20 horas sin comer, intentaban sacar una sonrisa de agradecimiento o un abrazo de cariño. Realmente es digno de admirar. Como dijimos el primer día entre nosotros: “Es muy curioso cómo vas ahí para ayudar y regresas como si hubieran ido a ayudarte”.