Opinión

Rumbo a la ignorancia

La nueva pedagogía del Gobierno condena a los alumnos a vivir en la incultura, formando a ciudadanos sin un espíritu crítico con el sistema

La nueva pedagogía del Gobierno condena a los alumnos a vivir en la incultura, formando a ciudadanos sin un espíritu crítico con el sistema
Aula vacía en una colegio español / Pinterest
Mariona Comajuan Planells Mariona Comajuan Planells

Hoy todos nosotros asistimos al profundo declive de la calidad de la educación. Esta se ha convertido en una moneda de cambio en un país donde en los últimos 40 años se han aprobado ocho leyes educativas diferentes. No existe ningún proyecto consolidado, sin siglas políticas, sin inclinaciones ni prejuicios. Lo que se convierte al final en un mal resultado y en el peor futuro posible para nuestros  hijos. En nuestros días, la memorización, la constancia, el esfuerzo y el espíritu crítico se substituyen por nuevas ocurrencias psicológicas (a cada cual más desgraciada)  que no parten de un fundamento lógico.

El pasado 29 de marzo, el gobierno socialista aprobó el Real Decreto que pone en marcha la entrada en vigor de la LOMLOE, una nueva ley de educación de la que sobra ideología e ignorancia por todas partes. En la ESO, se quitan las notas numéricas, los exámenes de recuperación y el límite de suspensos. Además, se elimina la Filosofía y desaparece el estudio cronológico de la historia. Como si las fechas importantes y la memorización de los hechos históricos, como parte de nuestra cultura como país,  ya no importarán.

No elevamos el nivel, lo fragilizamos

En España no tenemos una educación decente al cien por cien, esto para empezar. Pero, lo de esta nueva ley se enmarca en el claro populismo. Nace de la idea basada de reducir el fracaso escolar con un aprobado general, sin tener en cuenta el trabajo individual de cada uno. El poder de suspender o aprobar, ha sido el armamento que durante años han tenido en sus manos profesores de todo el país ¿Si el gobierno les quita esto, cómo se supone que pueden motivar a un alumno que no tiene ganas de aprender?

A partir de este momento, la educación en nuestro país abandona el esfuerzo, la constancia, la exigencia y la ganas de ser crítico y de tener ese criterio propio hacia el mundo que nos rodea. No es una buena ley, aquella que no busca la excelencia, tampoco lo es aquella que pretende adoctrinar, con su controvertido y famoso discurso ideológico, de educar en “perspectiva de género”. El objetivo es claro, esta nueva ley no busca enseñar, busca educar a niños para que piensen como y para el gobierno.

Mariona Comajuan Planells