Motociclismo

El precio del espectáculo o el valor de una vida

La accidentalidad de MotoGP siempre está en el punto de mira durante la temporada

Piloto y moto en el suelo tras una caída
Piloto y moto en el suelo tras una caída en un circuito europeo. Fuente: Ari Lucena
Marta Payo Alba Marta Payo Alba

Un fin de semana limpio con carreras poco accidentadas ha inaugurado la temporada de MotoGP 2024. El domingo 10 de marzo ha marcado un hito en cuanto a seguridad, el factor en el punto de mira tras los incidentes que han protagonizado temporadas pasadas recientes. Sin embargo, todo ello nos obliga a recordar a aquellos que hoy no están. Todo ello nos obliga a hablar de la accidentalidad de MotoGP.

El 25 de septiembre de 2021 el motociclismo le arrebató la vida a Dean Berta Viñales, un joven piloto de 15 años de la categoría WSSP 300. La velocidad superó el respeto a la vida y él se vio implicado en un accidente que acabó con la suya de manera inesperada.

Debate abierto

El trágico fallecimiento de Dean Berta Viñales y otros pilotos en el mundo del motociclismo ha reavivado una profunda y controvertida reflexión sobre el precio del espectáculo y la gloria en el deporte motor. La brutal realidad de estos sucesos nos obliga a confrontar una incómoda pregunta: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar en nombre de la pasión y la adrenalina?

El motociclismo, al igual que cualquier otro deporte de alta velocidad, se sustenta en un fino equilibrio entre el riesgo y la recompensa. Los pilotos, conscientes de los peligros, se lanzan a la pista con una mezcla de valentía y temeridad. La sangre de los pilotos, al igual que la gasolina al motor, hace que culpen la pura pasión como su razón de ser. Esta determinación, si bien admirable, también expone una inquietante aceptación de la fatalidad como parte integrante del deporte.

¿El precio es asumible?

Sin embargo, el argumento de “vivir al límite” no puede ni debe ser una excusa frente a la seguridad. La muerte de jóvenes talentos no es un precio aceptable a pagar por el espectáculo. La accidentalidad de MotoGP no debe acabar con vidas. Es una llamada de atención a la industria, a las federaciones, a los pilotos y a los propios aficionados, para exigir y priorizar la seguridad por encima de todo.

Quizás, el número de accidentes fatales en comparación con los pilotos, carreras y otros factores en juego, puede parecer insignificante, pero cada número representa una vida perdida, un potencial no realizado, una familia destrozada. La tecnología y los avances en la seguridad han avanzado de manera significativa, pero aún queda un largo camino por recorrer.

Asimismo, la crítica hacia los padres de los jóvenes competidores o la federación por su presunta negligencia desvía la atención del problema: la glorificación del riesgo extremo. Es imperativo reevaluar la narrativa del motociclismo y reconocer el valor de la vida por encima de cualquier trofeo o récord. Dejemos de buscar culpables, todos somos responsables. Por muchas medidas que implemente la parte administrativa del deporte, todos los actores implicados en él tienen deberes por hacer.

Recursos disponibles

La federación, los equipos y los organizadores de eventos deben implementar medidas más estrictas y efectivas para proteger a los pilotos. Pero también, la preparación mental de los pilotos debe adquirir más importancia. El desarrollo de la fortaleza mental y la toma de decisiones en fracciones de segundo son habilidades que pueden y deben ser cultivadas para disminuir la accidentalidad de MotoGP.

Piloto concentrándose con música

El legado de los pilotos Dean Berta Viñales, Victor Steeman, Hugo Millán, Jason Dupasquier, Andreas Pérez, Luís Salom y tantos otros debe ser un catalizador para el cambio, no una nota a pie de página en la historia del motociclismo. Debemos reflexionar el valor que asignamos a la vida humana en el espectáculo deportivo. Es necesario definir hasta dónde estamos dispuestos a llegar por un deporte. Como sociedad debemos priorizar: la vida de piloto no se reduce a un número, la vida de un compañero debe ser la prioridad de todos los demás.

Marta Payo Alba

Soy estudiante de periodismo y política, también curso el título de Big Data. Me encantan los deportes del motor, la diplomacia y viajar. Me fascina contar historias para que lleguen a más persona y soy muy detallista.