En un mundo donde el cambio climático y las crisis de agua se vuelven cada vez más palpables, la importancia del agua como recurso vital cobra una urgencia sin precedentes. La sequía que ha vivido España ha sido un avance de una posible situación futura de escasez permanente donde las restricciones del uso se conviertan en factores de la vida cotidiana. Tras la reciente falta de agua y a medida que se acerca el verano, los expertos se han pronunciado para concienciar a la población de la urgencia climática en la que se haya el mundo actualmente.
La falta de agua como futuro
Un reciente estudio del Instituto Geológico y Minero de España afirma que “el agua es esencial para que exista vida en la tierra”. También que es el componente mayoritario de las células y es sinónimo de vida. Es por ello que los expertos exigen urgencia para frenar una crisis que podría tener consecuencias graves y diferentes a las restricciones conocidas actualmente.
Entre sus consecuencias, una de las más determinantes es la destrucción de ecosistemas. En una investigación del National Drought Mitigation Center de Estados Unidos pone en evidencia que la falta de lluvia podría acabar con las fuentes de alimentación que actualmente consumimos con mayor frecuencia: el ganado y el cultivo.
Durante la reciente sequía, las reservas de agua españolas para el consumo y la agricultura se encontraban al 40,7% (según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) y algunos embalses como los de la cuenca del Guadalquivir al 24,2% de su capacidad. Esto ha encarecido los costes de mantener ganado por dos principales motivos. El primero: la falta de agua para el cultivo que necesita el ganado ha provocado un encarecimiento en el precio de algunos de los alimentos más comunes como el heno. También, las ganaderías con fuentes de agua propias cómo embalses se han visto afectadas por la falta de agua para el consumo del ganado, y por tanto, la adquisición ha encarecido en mantenimiento.
Sacrificios a todos los niveles
Al encarecer la manutención del ganado algunos ganaderos han tenido que sacrificar a animales. Los mataderos se han colapsado, se han creado listas de espera por el exceso de animales cuyos costes no han podido ser asumidos por sus propietarios. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores se ha pronunciado: “La falta de agua aumenta en un 30% los sacrificios en la ganadería”. Se están sacrificando animales jóvenes y sanos porque no sale rentable mantenerles.
Los ganaderos no son los únicos que deben hacer sacrificios frente al fenómeno de la falta de agua, también son muchas las personas que por el encarecimiento de los productos del cultivo y de la ganadería no pueden permitirse consumirlos. Las frutas y verduras han subido entorno a un 20%, el producto derivado de ganadería entre el 34 y el 47%. Muchos hogares han dejado de consumir alimentos esenciales en la pirámide alimenticia. Estos han sido sustituidos por otros que no cumplen la misma función pero que son más baratos como la pasta o el arroz.
Se debe actuar para que la situación no empeore descontroladamente. Se deben crear planes de gestión de crisis y de recursos hídricos adaptados a las necesidades actuales. Deben contemplar la situación de los agricultores y ganaderos puesto que de ellos depende la alimentación y el bienestar de todos.