Grabarse la piel

De la rebeldía a la normalización de los tatuajes

El 'tattoo', en cualquiera de sus expresiones, ha conseguido con el tiempo que no se considere como una moda atrevida y marginal

Hombre tatuando a otro hombre/
Hombre tatuando a otro hombre// Fuente: Military Review
Mariona Ortiz Sanz Mariona Ortiz Sanz

Durante milenios, la sociedad ha presenciado una notable evolución en la percepción de los tatuajes. Estas grabaciones de tinta sobre la piel han estado consideradas una forma de arte corporal que ha existido desde hace mucho tiempo, en gran parte del siglo XX y en muchas sociedades occidentales, incluida España.

La sociedad estigmatizó estas marcas, considerándolas símbolos de rebeldía asociados principalmente con grupos marginales como marineros, delincuentes o miembros de subculturas contraculturales. La percepción predominante era negativa, viendo estas tintas en la piel como algo vulgar o incluso peligroso.

Una percepción distinta

Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo y se producían cambios culturales significativos, la percepción de los tatuajes comenzó a transformarse. En las últimas décadas, estas incisiones que dibujan formas y expresiones han pasado de ser símbolos de marginalidad a ser un estilo de vida.

Los tatuajes se perciben como una forma legítima de expresar la propia identidad y estilo personal. Ya no están asociados exclusivamente con la rebeldía o la marginalidad, sino que son vistos como una parte normal y aceptada del día a día.

La influencia de las celebridades y las redes sociales también ha desempeñado un papel importante en la evolución de la percepción de los tatuajes. Muchas celebridades prominentes en España y en todo el mundo lucen estas estampas corporales de manera visible y orgullosa, lo que contribuye a normalizar su presencia en la sociedad. Además, las redes sociales han permitido que las personas compartan sus propios tatuajes y experiencias, creando una comunidad en línea que celebra la diversidad y la creatividad en el arte corporal.

Hace solo unas décadas, sobre los años 80, la clientela de los estudios de tatuajes en España eran principalmente de la marginación social del país. Y la primera convención de tatuaje que se celebró fue en las cocheras de Sants (Barcelona), en 1996. El certamen contó con 10 stands y 3.000 visitantes, convirtiéndose en una cita histórica.

Mariona Ortiz Sanz

Cursando 3ºGrado de periodismo y Data Journalism and Social Media. Interesada en la gestión de la comunicación para el desarrollo y la responsabilidad social. Enfocada en la política internacional, la cultura y la actualidad.