María Cano: “Tras cada escaño de EHBildu está el asesino de mi hermano”

En un mundo en donde la verdad a menudo se esconde, hay personas que destacan por su valentía y su compromiso con la realidad, incluso en los momentos más difíciles. Este es el caso de María Cano Consuegra (La Carolina, 1959) , quién experimentó el devastador golpe de perder a su hermano a causa del terrorismo. Sin embargo, en lugar de dejarse arrastrar por el dolor y el resentimiento, ella ha emergido como un símbolo de integridad y coraje, decidida a enfrentar la verdad  y dándose a conocer cómo víctima de ETA.

Su hermano Francisco falleció un 14 de diciembre del 2000 en Viladecavalls (Barcelona), siendo asesinado por el grupo terrorista ETA. ¿Recuerde como era?

Mi hermano Paco nació en el seno de una familia andaluza y vivió junto a nuestros seis hermanos y mis padres, Sebastián y Ana. Fue el único de los hermanos que se inclinó por la política, afiliándose al Partido Popular (PP). Años más tarde se presentó como alcalde y salió como concejal de urbanismo en el ayuntamiento de Viladecavalls. Vivió durante mucho tiempo en el barrio de Can Trias de esta localidad junto a su mujer y sus dos hijas. Era una época política convulsa marcada por ETA y con José María Aznar como presidente de aquel entonces, empezó a recibir llamadas ocultas a las que no les dio demasiada importancia.

¿Cómo sucedió todo?

La noche del 13 de diciembre, miércoles, él se fue a una cena de empresarios de Terrassa. Tenía una furgoneta c15 aparcada en la calle, puesto que en aquel momento también trabajaba como fontanero en su propia empresa, Tapia Cano. Esa noche recogió a su mujer y se fueron a la cena con el coche personal y la furgoneta se quedó en la calle. Durante ese tiempo mi madre ya le avisaba: “Paco, sácate ya de este mundo que la ETA está más viva que nunca”. A lo que él respondía: “Mamá tranquila, cómo quieres que la ETA se fije en Viladecavalls”.

Continúe.

Al día siguiente, al llegar a su taller de fontanería de Terrassa con su furgoneta notó que el bombín de la puerta estaba un poco roto, pero no le dio importancia. Eran las 8 de la mañana y empezó a asignar las tareas a sus trabajadores y se fue con mi otro hermano Pedro y otro trabajador a hacer unas obras. Cogieron la furgoneta y primero los dejó a ellos en un colegio cercano, quedándose solo en en interior del vehículo. Al llegar a la altura de la barriada de Can Boada, bajando la calle Milans del Bosch, fue cuando explotó el coche tras haber llevado bomba-lapa durante 4 horas debajo de él.

¿Cómo se enteró de lo sucedido?

Yo en ese momento trabajaba en Barcelona,  en un hotel de entidades de la Generalitat de Catalunya. Durante la mañana hablé con mi madre por teléfono, regresé a casa, me duché , me preparé un poco la comida, y sobre las 11.45 volvió a sonar el teléfono fijo. Aquellos chillidos, hoy por hoy, y tras 24 años, no los he podido olvidar. Era mi madre, gritándome “María, María, la ETA ha matado a tu hermano Paco”. Yo me quedé bloqueada, llamé a mi hermana Carmen y se lo conté. Rápidamente me puse una chaqueta y al salir de mi domicilio ya me encontré varios periodistas en la puerta. Cogí el coche y llegue al lugar del atentado. Mi hermano Paco estuvo unos momentos en vida y murió en la sala de operaciones por culpa de tres infartos, sin las dos piernas y con todo de metralla en la cabeza.

La investigación reveló que los terroristas tenían a su hermano muy controlado.

Tras las investigaciones se encontraron en los pisos francos de ETA en Barcelona fotografías de él con mi madre y de su día a día. Mi hermano en ningún momento notó que lo seguían, es por eso por lo que nunca pidió protección oficial ni comprobaba sus coches. Nadie se hubiera imaginado que atentarían a un concejal de Viladecavalls. El único motivo de su asesinato fue por defender sus ideologías y sus ideas de manera libre.

¿Cree que se ha hecho justicia en el caso de tu hermano?

Los que están en la cárcel ya estarán apunto de salir , supongo, la verdad es que ni lo quiero saber, ni me he preocupado más. Son todos ellos unos cobardes, ya que nunca llegaron a dar la cara, ni lo llegaron a reconocer. Y aún a día de hoy, cada vez que hablan de ETA por la televisión cambio de canal, no quiero recordar lo que esa banda criminal hizo a mi hermano.

Y usted supo con el paso del tiempo quién dio la información de su hermano.

Pasaron años y descubrí que fue  Laura Riera  quien dio toda la información (matrícula, documentación, fotografías) sobre mi hermano, ya que trabajaba en el ayuntamiento de Terrassa y justamente era mi hermana Carmen quién limpiaba su despacho. Cuando esto se supo, le dieron un traspaso y nunca más se supo de ella. Pasaron los años, Laura Riera cumplió su condena y un día paseando por el centro de Terrassa me encontré con ella cara a cara y pensé que alguien la matase. Pero a diferencia, yo no soy ninguna asesina, así que preferí olvidarla e intentar página.

¿Cómo afectó el asesinato de su hermano a su familia y a usted personalmente?

Ese día se me fue algo con él. La familia ya no volvió a ser la misma, de los 7 hermanos, él y yo éramos los dos “cascabeles de alegría”. Lo celebrábamos todo juntos, como el día 26 de julio, que era el santo de mi madre y era un día muy grande en la familia. La vida nos cambió a todos, ya no fue lo mismo. Salíamos a la calle con miedo y necesitamos ayuda psicológica porqué no lo supimos gestionar. Sigo con mi vida por mi familia, especialmente por las dos hijas y los tres nietos que dejó Paco, pero siempre me quedará ese recuerdo de mi hermano que nunca voy a superar.

Usted hace unos años viajó al País Vasco. ¿Cómo fue esa experiencia?

Cuando contraje matrimonio con mi ex pareja , mis amigas nos regalaron un viaje a Bilbao. Estuvimos allí 3 días, nos gustó mucho, pero cuando estábamos cogiendo el autobús para dirigirnos hacía el aeropuerto me desmayé. Creo que me superó el hecho de haber estado paseando anteriormente y encontrarnos con una manifestación de los padres de los etarras que mataron a mi hermano, pidiendo un acercamiento de sus hijos encarcelados. Yo llena de impotencia, recuerdo que les grité: ” ¿Y a mi hermano quién lo trae a casa?”,  pero todos me hicieron oídos sordos. Me prometí no volver nunca más volver al País Vasco.

¿Ha sentido algún tipo de apoyo por parte de la comunidad local o de las autoridades durante este tiempo?

Nunca me he querido aprovechar de ser la “hermana de” , en cambio sí ha habido muchos que lo han hecho conmigo.  Al principio, sus compañeros del PP iban a ver a mi madre, pero nunca nos dieron ayuda económica, tampoco la pedimos. Lo que sí que nos hicieron fue algún que otro trato de favor, como por ejemplo agilizar el trámite para una operación de rodilla a mi madre, ya que padecía artrosis. O en mi caso, que tras padecer una obesidad mórbida me aceleraron la espera de la operación. El PP se llevó muy bien con nosotras, especialmente Rafael Luna, secretario general por aquel entonces, con el que a día de hoy mantengo una buena amistad. Además, desde el Ayuntamiento de Terrassa mandaron construir un pequeño monolito honrando la memoria de mi hermano en el lugar de los hechos.

¿Qué mensaje le enviaría a aquellos que aún apoyan o simpatizan con grupos terroristas como ETA?

Primero de todo le mandaría un mensaje al presidente del Gobierno, por su mala gestión. Le pediría que empatizara con nosotros, con los miles de españoles que somos víctimas de ETA, pero en vez de eso, pacta con terroristas por seis míseros escaños. Creo que las elecciones españolas se tendrían que gestionar de otra manera , haciendo solamente presidente al que más votos obtuviese. Yo no he votado a Sánchez, no he votado a Bildu, y sin embargo, y muy a mi pesar, me están gobernando. Y a aquella gente que los vota les diría que ojalá hubiesen vivido en sus propias carnes el asesinato de un familiar, a ver si los seguirían votando. El PSOE ha despertado a ETA, dándoles voz y voto al partido que siempre lo ha amparado, y estoy igual o más decepcionada con ellos porqué tras cada escaño de EH Bildu está el asesino de mi hermano.

¿Qué consejo daría a toda esa gente que ha sido víctima del terrorismo?

Que no vivan con rencor ni con odio, porque sino no podrían vivir. Que no tengan miedo a salir a la calle, que se dejen cuidar y aconsejar. Y sobre todo, que no sientan vergüenza de alzar sus voces y enfrentarse a la verdad. Yo siempre estaré orgullosa de mi hermano, porque él dio su vida por su país.