Oriol Viñals Foguet: “Los carteros son más eficientes, pero menos productivos”

La tecnología cada vez avanza más rápido. Vivimos en un mundo en el que ahora todo se hace por internet. Costumbres tan básicas como leer el correo o el periódico cada mañana se han perdido. En un contexto así, en el que todo es digital, para qué sirven los carteros? qué futuro tiene esta profesión? cómo se ha ido adaptando a estos nuevos tiempos? Para resolver a fondo estas cuestiones y conocer de primera mano las características de esta profesión,  AULA NEWS ha entrevistado a Oriol Viñals Foguet, el director de la oficina de Correos de Mataró. Primero trabajó de cartero, pero creció en la empresa gracias a que supo aprovechar las diferentes oportunidades que se le presentaban:  trabajando en comisionado, después llevando oficinas y, por último siendo el principal responsable de este establecimiento.

P.¿Cómo ha cambiado la profesión del cartero en los últimos años?

R. En la esencia sigue siendo exactamente lo mismo, lo que ha cambiado es el producto. Antes se enviaban muchos certificados y notificaciones y ahora lo que predomina es la paquetería. No deja de ser exactamente lo mismo, pero con un tratamiento diferente. Tú con una carta entras en un portal y la metes en el buzón. En cambio, con la paquetería se exige que llames al timbre, que la persona te lo firme, etcétera.

P. ¿Qué servicios postales son los más demandados hoy en día?

R. El mercado del e-commerce en España está en auge, ello ha implicado el aumento en el número de empresas que se dedican a trabajar con paquetes y otros envíos. Por lo tanto, esta es actualmente la principal vía de negocio.

P. En consecuencia, la logística también ha sufrido una modificación.

R. Efectivamente. Por lo que yo sé, en esta oficina antes se estaban moviendo, por cartero, hasta 1.000 envíos por día. De hecho, muchos  precisaban de sacas porque no les cabía toda la correspondencia en un carro. Actualmente no es así, ahora se trabajan por empleado alrededor de 300 o 400 cartas.

P.  En una época en la que reina internet, ¿cómo ha afectado la digitalización a este oficio?

R. Yo lo dividiría en dos partes: una positiva y otra negativa. Por un lado, nos encontramos con la bajada de volumen de correo, aunque no por ello dejan de existir nuevas oportunidades y vías de negocio que se tienen que aprovechar. La paquetería, como ya hemos hablado antes, es una de ellas, pero quedan muchas otras vías relacionadas con la innovación que se pueden explorar. Por ejemplo, en algunas ciudades de Málaga ha habido carteros que con unos dispositivos se han dedicado a medir la cantidad de polución del aire. Por eso, el cartero se está erigiendo como una figura no sólo de repartidor, sino que se está abriendo nuevos caminos.

P. ¿Ha mejorado la eficiencia del proceso de reparto gracias a estas herramientas?

R. A grandes rasgos se puede decir que no. En otras palabras, los carteros son más eficientes, pero menos productivos. Son más eficientes porque actualmente disponen de unos materiales que antes no tenían: geolocalización, optimización de rutas de reparto, etc. No obstante, son menos productivos. No es lo mismo entrar en un domicilio o en un bloque y dejar 50 cartas, que tener que desplazarse allí solamente para entregar dos cartas y tres paquetes. El cartero camina lo mismo que antes, pero rinde menos.

P. Entonces, cuáles dirías que son los principales retos a los que se enfrenta un cartero hoy en día.

R. El gran reto es el cambio, sin duda. Cuando tienes que trabajar con productos nuevos de los que estás acostumbrado requiere una adaptación. Has de acostumbrarte a las nuevas herramientas también, la PDA ha sido un ejemplo claro. Antes el cartero llevaba cuenta del registro con papel y boli. Ahora este dispositivo lleva control de todo el proceso y es algo a lo que te tienes que acostumbrar.

P. ¿Y cómo se han adaptado los trabajadores a estos cambios?

R. Todavía algunos se están acostumbrado, sobre todo los que llevan en este oficio toda la vida. Hay rutinas que cuesta cambiar y dejar atrás. Las nuevas generaciones se acostumbran más fácilmente, pero trabajadores de 60 años que les pongan una PDA delante, siguen teniendo muchas carencias.

P. Se requiere, pues, de mucha formación para poder acostumbrarse.

R. Sin ninguna duda. La formación es una de los grandes pilares de esta empresa. Nos están fusilando a cursos prácticamente cada semana.

P. ¿Qué oportunidades de futuro crees que habrá para los carteros, especialmente en términos de diversificación y de servicios?

R. Los carteros van a tener que ser capaces de hacerlo todo de manera autosuficiente. Por ejemplo, si conseguimos que un cartero le cobre un recibo de una persona cuando va a su casa, seguramente le pagará el recibo al cartero. En cambio, si no puede hacerlo se verá obligada a ir a un cajero. Obviamente no se pueden abrir oficinas en cada pueblo, entonces si conseguimos que el cartero pueda utilizar la PDA para este fin, ganaremos una vía de negocio importante y volveremos a hacer que sea productivo y eficiente.

P. ¿Entonces cuál crees que será el papel de los carteros dentro de unos 10 o 20 años?

R. Para que el cartero exista necesita que haya contenido físico, con contenido digital poca cosa va a hacer. Por ello, lo que hay que hacer es apostar por poder distribuir y hacer llegar a la población productos físicos. Su figura va a seguir siendo importante, porque hay objetos y bienes que es imposible enviar digitalmente. Tú puedes enviar comunicación mediante vía online, pero no puedes mandar por mensajería una camiseta. Siempre va a haber cosas que necesiten trasladarse desde un punto a otro, y mientras siga siendo así el cartero seguirá siendo relevante en ese aspecto.

P. ¿Qué iniciativas o proyectos tiene la empresa para asegurar la sostenibilidad de este empleo?

R. Correos pretende ahora intentar solucionar gestiones para que la gente no se tenga que desplazar a hacerlas. En las oficinas, actualmente se están imprimiendo los distintivos medioambientales que llevan los coches. Esta etiqueta hace 10 años no existía, y hoy en día se ha convertido en algo elemental y que todos los coches lo llevan. Tú puedes venir a una oficina con tu permiso de circulación y obtenerlo; aquí está el cambio. El camino es conseguir que se puedan acercar los trámites de la administración pública al consumidor final.