Con la llegada de una nueva estación trae consigo cambios significativos en el clima. Cielos grisáceos y constantes precipitaciones han sustituido temporalmente el característico clima soleado del país. Este ciclo de borrascas, si bien ha ayudado a aliviar la sequía prolongada que afectaba al país, también ha generado cambios bruscos de temperatura, que pueden debilitar el sistema inmunológico, aumentando la predisposición a coger resfriados.
Así lo explica Catalina Reinés, farmacéutica y titular de la Farmacia Reines Picornell, quien asegura que cuando baja drásticamente la temperatura, “el cuerpo trabaja más para mantener su calor interno, lo que puede debilitarlo y afectar al sistema inmunológico”. Además, añade que con el frío es muy común que el fluido que recubre las vías respiratorias altas, especialmente en la nariz y la garganta, se reseque, los que facilita la entrada de los rhinovirus, que son los responsables de la mayoría de los resfriados.
Pero hay otro factor clave que explica porque cogemos catarros cuando hay cambios a la baja en la temperatura. Reinés argumenta que la reducción de la exposición solar en ambientes fríos, disminuye los niveles de producción de vitamina D, un nutriente esencial para las defensas. De hecho, se podría pensar que en España, al ser un país mayormente soleado, no debería haber problemas con esta vitamina. Sin embargo, “paradójicamente el 70% de los españoles presentan déficit crónico de esta vitamina”, señala la farmacéutica.

El abecedario inmunológico
Es posible mantener los resfriados a raya cuando hace frío. Adrián Cebrián, experto en nutrición y CEO de My Own Food Nutrition, explica que existen suplementos alimenticios que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y que pueden integrarse fácilmente en nuestra dieta diaria. “Mis top 5 inmunológicas serían la vitamina A, B6, C, D y E”, destaca Cebrián. Además, señala que todas ellas pueden obtenerse a través de la alimentación.
Según recuerda el experto, “las vitaminas más importantes son la C y la D”. Por un lado, la vitamina C es esencial para la formación y acción de los leucocitos, los cuales ayudan a defender el cuerpo contra infecciones y enfermedades. Además, tiene una función antioxidante y favorece la absorción de hierro. Por otro lado, la vitamina D juega un papel fundamental ya que estimula la producción de macrófagos, que son las primeras células en actuar al entrar en contacto con algún microorganismo. A su vez, es esencial para la salud ósea, ya que regula el calcio y fósforo. En concreto, “el formato D3 es el más eficiente y el que mejor se absorbe en el organismo”, resalta.
Cebrián también recomienda como complemento la vitamina B6, la vitamina A y la vitamina E. La vitamina B6 es esencial para la producción de linfocitos T, que combaten virus y bacterias. Entre sus funciones, esta vitamina también regula la inflamación y da soporte al sistema nervioso. La vitamina A es clave para la protección de las mucosas en la función respiratoria, lo que ayuda a prevenir la entrada de patógenos. Y la vitamina E protege las membranas celulares, evitando su oxidación y reforzando la respuesta inmune.
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