El papa Francisco ha reaparecido por sorpresa este domingo durante la misa por el Jubileo de los enfermos y el mundo de la sanidad, en la plaza San Pedro del Vaticano. Esta ha sido su primera aparición desde que recibió el alta hospitalaria, hace tan solo dos semanas, por una neumonía bilateral. El pontífice llegó en silla de ruedas, con cánulas nasales de oxígeno y acompañado por su enfermero personal. Tras la bendición final del arzobispo Fisichella, el santo padre se dirigió a todos los fieles allí congregados y pronunció un breve saludo con dificultad: “Buen domingo a todos, muchas gracias”.
Nadie esperaba la visita del papa Francisco, dado que los médicos le habían prescrito reposo absoluto durante al menos dos meses para recuperarse por completo tras haber estado 38 días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma. De hecho, el sábado por la tarde, fuentes oficiales aseguraban que en esta celebración especial del Jubileo de los enfermos, se seguiría el mismo formato que en semanas anteriores: un mensaje escrito por el pontífice, leído por otra persona. Sin embargo, el papa Francisco pidió estar presente en este acto y bendecir a los fieles. Tras la misa, el santo padre cruzó la Puerta Santa como cualquier otro peregrino, entró en la Basílica y se detuvo a rezar en silencio.