¿Se nace o se hace?

Juan Francisco Jimenez Jacinto Juan Francisco Jimenez Jacinto

Hay gente que considera que tener estilo y buen gusto es una cuestión innata, sin embargo otras personas creen que es algo que se aprende.

Es incuestionable que de la misma manera que uno nace con el don de saber cantar, dibujar o bailar, también debe ejercitarse practicando entonaciones, trazos y pasos de baile para desarrollar lo que en principio es un don. También es cierto que no por nacer sin ciertas aptitudes estamos condenados a no hacer nada extraordinario.

Lo mismo pasa con la elegancia. Hay quien nace con una belleza natural envidiable y una manera de hacer y moverse armoniosa, pero el que nace más torpe si se conoce a si mismo y tiene un mínimo de inquietud estética, también puede llegar a desprender mucho estilo y clase.

No solo hay que ser bueno sino también parecerlo. Una persona elegante es aquella que consigue transmitir toda su belleza interior por medio de su apariencia. Por lo tanto podemos afirmar que en parte la elegancia es innata, puesto que hay personas que tienen ese “algo” que les permite desarrollar de una forma natural el buen gusto y tienen una especial sensibilidad por la belleza. Y por otro lado deja de ser innata en el momento que a base de inquietud y un buen aprendizaje adoptamos ciertas costumbres, hábitos y habilidades sociales y personales.

Juan Francisco Jimenez Jacinto

Es profesor de Periodismo en la Universitat Abat Oliba CEU