Viajes interestelares ¿ciencia o ciencia ficción?

Juan Francisco Jimenez Jacinto Juan Francisco Jimenez Jacinto

 

En la ciencia ficción, los viajes interestelares son el pan de cada día. Naves espaciales que permiten viajar de un punto al otro de la galaxia en cuestión de minutos son fundamentales en películas como Star Wars o Interstellar. Pero estos viajes, ¿tienen algún fundamento físico?

Todo empezó en 1915 con el planteamiento de la teoría de la relatividad general por Einstein. Una de las conclusiones más importantes y revolucionarias de esta teoría es que el espacio-tiempo se curva en presencia de masa o energía. Este efecto es muy leve donde vivimos ya que la concentración de masa y energía es relativamente baja. Pero la posibilidad de que, en ciertas condiciones, el espacio-tiempo se curve y permita transportar un vehículo a años luz instantáneamente, empezó a plantearse seriamente.

Efectivamente, las ecuaciones de Einstein permiten la existencia de agujeros que conectan dos puntos del universo, conocidos como ‘wormhole’ (agujero de gusano). Pero su existencia solo es posible si se dan ciertas características en la naturaleza del universo. Según parece a día de hoy, nuestro universo no reúne los requisitos para albergar ‘wormholes’.

Por otra parte, la llamada ‘teoría del todo’, que pretende unir la teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica, permitiría la deformación del espacio-tiempo de muchas formas, haciendo posibles tele-transportaciones y saltos en el tiempos.


En todo caso, los viajes interestelares no parecen muy viables de momento. Pero decir que son imposibles sería aventurarse demasiado, ya que, como decía Robert Goddard, de quien se burlaban por plantear viajes en cohete a la Luna, ‘el sueño de ayer es la esperanza de hoy, y la realidad de mañana’.

Juan Francisco Jimenez Jacinto

Es profesor de Periodismo en la Universitat Abat Oliba CEU