Consumo

La comida no se tira

El despilfarro de alimentos es una problemática que afecta a la población, pero existen iniciativas que hacen posible un cambio

Alimentos desechados
Frutas y verduras desechadas en buen estado/ Pinterest
Lucía del Val Lucía del Val

En el mundo se tiran 1.300 millones de toneladas de alimentos cada año. Es decir, 1,63 toneladas por cada una de las 795 millones de personas que pasa hambre en los cinco continentes. También, se malgastan recursos como el agua, la energía, los fertilizantes y la tierra y eso conlleva a que el medioambiente se vea afectado por el exceso de producción que posteriormente es arrojado. El desperdicio alimentario en España es una realidad y en gran medida ocurre en el sector de la restauración. Al menos una quinta parte de esos productos desechados están en perfecto estado, pero no se han vendido, ahí se encuentra la gravedad del asunto.

La mayor proporción del desperdicio de alimentos en los restaurantes son los excedentes de stock y platos, por el que se debe actuar para frenarlo. La sociedad actúa egoístamente y come con los ojos. No se puede tirar tanta comida, existen soluciones que podrían reducir esta cultura que tanto se normaliza. El primer paso para cambiar esta mentalidad es educar a los más jóvenes, informando y concienciando a la población de que tirar comida no debería ser tan ordinario.

Iniciativa empresarial

A grandes rasgos, cambiar este problema supone una difícil transformación. Pero si se actúa con pequeñas acciones, reducir ese porcentaje tan alto es posible. Una iniciativa que podrían tener los restaurantes sería Ofrecer a los clientes a llevarse las sobras. Si han pedido en grandes cantidades y ha sobrado comida en el plato. Pero no se debe perder la esperanza, existen nuevas empresas como Too Good To Go, Phenix, Nice to eat you y Soy comida perfecta, que se han unido a la causa para solucionar esta cuestión.

Pack Too Good To Go
Pack sorpresa Too Good To Go/ Pinterest

Estas compañías forman convenios con restaurantes y supermercados para dar una segunda vida a esos alimentos y platos preparados  que no han sido vendidos ese día y así se evita que sean tirados a la basura. Suelen venderse en forma de pack sorpresa y  por un precio muy asequible. Es una propuesta muy nueva con una iniciativa excelente ya que se dirige a un público joven.

Por tanto, la sociedad no puede seguir de brazos cruzados, porque la situación es crítica y muy preocupante. La pandemia ha originado que las familias no lleguen a final de mes y no tengan alimentos básicos. Actuar de forma caprichosa e insaciable ya no es una opción. Actuar es clave porque seguir así no es ético ni justo. Sin embargo, la esperanza está en aquellas empresas que luchan por esta causa y reeducan a los más jóvenes con su visión y misión. Pero sobre todo, para realizar este gran cambio ese ímpetu debe salir de uno mismo.

Lucía del Val

Me declaro una fanática del mundo 'foodie'. Soy la jefa de sección de Gastronomía y estudio el doble grado de Periodismo con Publicidad y RPP. Me apasiona ser creativa con la cocina y aprender nuevos conceptos del mundo culinario.