Selma Sabaté WikströmUbicado en el corazón de Barcelona (c/ Industria, 138) y cerca de uno de los referentes culturales más importantes de Cataluña (La Sagrada Familia) se encuentra el restaurante ‘La Selva’, un steakhouse situado en el Eixample que destaca por su diseño interior tropical. Este restaurante especializado en carne y brasa invita a vivir una experiencia llena de fuego y sabores, donde el cliente se verá rodeado entre madera y plantas para que pueda adentrarse mejor en esta aventura gastronómica.
El aroma a la carne cocinándose en los fogones de la cocina invita a los recién llegados a sentarse en las mesas de madera. Todo ello acompañado de las pinturas y decoraciones exóticas que permiten adentrarse a un mundo totalmente contrario al de la frenética ciudad. Tigres en las paredes, plantas tropicales colgando del techo, luces cálidas y difuminadas, decoración de bambú; consta de todos los elementos necesarios para vivir una experiencia salvaje.
De principio a fin
Para empezar una buena comida, no pueden faltar los entrantes, por lo que el restaurante ‘La Selva’ ofrece numerosos platos para empezar a llenar el estómago. Para los más carnívoros, está el steak tartar de solomillo de vaca gallega o carpaccio de ternera. Sin embargo, para la gente con preferencia marítima, hay muchas otras opciones: tartar de salmón fresco, cazuela de mejillones, cebiche de lubina, ensaladas con langostinos y mango…, entre muchos más.
La variedad de carnes, entrantes y platos del mar que ofrece ‘La Selva’ permite abrir sus puertas para todo el mundo que quiera disfrutar de su cocina. Sin embargo, está claro que la carne es su especialidad. Cuentan con las mejores piezas dependiendo del punto de cocción e intensidad de sabor. Por ejemplo, picaña de Hereford argentino, costillas de cordero, entrecot y hamburguesa Black Angus, solomillo de vaca gallega y muchos más.
El secreto de la carne
El factor que realza la calidad de su plato carnívoro más popular es el proceso de maduración en seco. El entrecot de vaca gallega es un ganado hembra de más de 10 años y pasa por un proceso de reposo a unas humedades y temperaturas determinadas. Dicho proceso puede durar desde 30 a incluso 100 días, por lo que aumenta considerablemente en sabor y textura. Esto se debe a que las enzimas endógenas provocan que los tejidos del músculo del animal se deshilvanen progresivamente, consiguiendo así una textura inigualable.
La carne no es el único plato estrella del restaurante ‘La Selva’. El establecimiento quiere dejar claro que cocinar pescado se les da igual de bien. La brasa de su cocina también acoge a su lubina salvaje, el atún de aleta amarilla, pulpo, salmón y langostinos.
Para rematar
Los postres son el dulce final del libro de ‘La Selva’ y siguen la misma línea de alta cocina que los platos principales, pero un factor muy importante y distintivo es su café ecológico. Además de presentar una decoración tropical, este restaurante va más allá. Por cada kilogramo de café que distribuye, una parte del importe total se destina a una ONG de protección forestal. Más concretamente, ‘La Selva’ quiere aportar su granito de arena (o de café) para la conservación de la selva de Sumatra. Esto completa una coherencia exquisita y responsable entre su personalidad de marca y la responsabilidad social corporativa.
Cualquier persona con un mínimo conocimiento de vinos sabe que el tinto y la carne forman la fusión perfecta. ‘La Selva’ cuenta con una gran selección de vinos tintos, abarcando más de 25 tipos. Desde Zarzuela Ribera del Duero hasta Vega Sicilia Valbuena nº5. El personal del restaurante ayuda a escoger la mejor selección dependiendo de los gustos, preferencias, sabores e intensidad para acompañar la aventura gastronómica.
Experiencia online
La relación con los clientes es uno de los puntos más importantes en el mundo de la hostelería y este restaurante ha sabido verlo. ‘La Selva’ conoce la importancia de las redes sociales y dispone de un ‘Community Manager’ para manejar las redes, especialmente la plataforma de Instagram. Existe una interacción continua entre cliente/restaurante y se sienten escuchados, formando así una comunidad de “salvajes”. Existe un trabajo continuo detrás y esto permite que este ambiente exótico y el calor de la brasa pueda llegar a más gente y pueda fortalecer el vínculo con sus clientes.
