Nutrición

Crema de cacahuete: ¿ángel o demonio?

Este alimento es tan popular que ya tiene su Día Mundial en el calendario cada 1 de marzo

Diseño hecho con IA de crema de cacahuete con frutos secos rodeando el bote
La crema de cacahuete es un alimento untable muy amado y versátil. Fuente: Copilot (IA)
Judit Guerrero Andiñach Judit Guerrero Andiñach

La crema de cacahuete está de moda. Este cremoso untable, que el viernes 1 de marzo celebró su Día Mundial, presenta múltiples beneficios, pero también hay quienes niegan que sea tan saludable. Su origen no está definido, pero según Cremuta, una tienda online de mantequilla de cacahuete, hay pruebas de que los antiguos indios incas de Sudamérica fueron los primeros en moler cacahuete para hacer una especie de pasta parecida a la crema que se consume actualmente.

La historia, aun así, considera que fue un médico de St.Louis (Misuri, EEUU) quien, a principios del siglo XX, desarrolló este alimento para pacientes que no podían masticar carne y necesitaban una fuente de proteína. Se presentó oficialmente en la Feria Mundial de esta misma ciudad estadounidense en 1904 y fue muy consumida entre el Ejército norteamericano durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, principalmente en un sándwich con mermelada. Pero, ¿qué la ha hecho tan popular en España? ¿Es realmente la panacea de la alimentación sana?

Explosión nutricional 

El cacahuete es la semilla de una planta, Arachis hypogaea, de la familia Leguminosae. Crece envuelta en una vaina, por lo que científicamente es una legumbre y muchos de sus nutrientes son los propios de este alimento. Sin embargo, su manera de consumirlo y otras de sus propiedades lo acercan más a los frutos secos. Otra de las contradicciones de este alimento es que, al contrario de lo que se puede pensar, no incluye mantequilla, pero su nombre – del inglés peanut butter – se debe a la textura mantecosa que genera su propia grasa.

Según Nutriendo, el canal de información de la Academia Española de Nutrición y Dietética, “la crema de cacahuete se ha convertido en una aliada habitual de la nutrición deportiva”. Además de ser una importante fuente de energía y de proteínas, es rica en vitaminas (principalmente, la B6 y niacina), en minerales (fósforo y zinc), en magnesio y en potasio. Asimismo, favorece la salud cardiovascular y tiene un alto contenido en fibra.

Los valores nutricionales de la crema de cacahuete por cada 100 gramos son los siguientes:

Calorías588 kcal
Grasas50 g
Proteínas25 g
Hidratos de carbono20 g
Calcio43 mg
Hierro1,9 mg
Potasio649 mg
Bote de crema de cacahuete rodeado de palabras que anuncian sus beneficios
Esta popular crema es muy calórica pero brinda una gran cantidad de beneficios. Fuente: J.G.A.

La cara oculta de la crema de cacahuete

Nutriendo también advierte de los riesgos de esta popular crema. Para empezar, indica que las personas con alergia a los frutos secos y, en concreto, al cacahuete -aunque en realidad sea una legumbre-, deben abstenerse de tomarla, pues “consumirla podría tener graves consecuencias” e incluso “podrían sufrir un shock anafiláctico que provocase la muerte”.

Otro de los problemas de este untable es que, durante años, se ha consumido en su versión ultraprocesada. El consumo de marcas conocidas como Capitán Maní, Jif o Skippy no es recomendable para personas con diabetes ni con problemas de hipertensión, puesto que “una sola cucharada aporta un 10% del sodio que un adulto debería ingerir en todo el día”, señala la Academia. Esto se debe a que, además de cacahuete, su lista de ingredientes incluye azúcar, aceite de palma y cantidades exageradas de sal.

Aunque las opciones de mantequilla de cacahuete en los supermercados son cada vez más amplias, con menos ingredientes y, en consecuencia, más saludables, la nutricionista Mireia Cervera reconoce que “por muy libre de azúcares añadidos y aceites refinados que sea, es un alimento muy calórico“. De la misma manera, Aitor Sánchez, del Centro de Nutrición Aleris, indica que “es una alternativa más interesante que otras cremas comerciales de avellanas y cacao”, lo cual no significa que sea aconsejable consumirla todos los días.

La opinión de Paloma Quintana, dietista-nutricionista que ha colaborado en programas como Saber Vivir de TVE y en centros como la Universidad de Valencia y la Universidad Complutense de Madrid, está alineada con la de Cervera y la de Sánchez. “La crema de cacahuete puede resultar un tanto adictiva para muchas personas”, señala, ya que “tomar sustancias tan grasas activa ciertos opioides del cerebro y nos da mucho placer“.

El veredicto final

Los nutricionistas apoyan que es mejor consumir los frutos secos enteros en vez de en crema, ya que en este formato se elimina el tiempo de pelar y de masticar. En consecuencia, se digiere más fácilmente, sacia menos y se acaba comiendo más cantidad. Incluso así, la grasa del cacahuete no es la mejor si se compara con la de las nueces, el pistacho o el anacardo. Por último, otro riesgo del consumo de estos untables es que su ingesta llegue a sustituir la de otros alimentos fundamentales en la dieta como la fruta y la verdura. 

Todos los especialistas concuerdan en que, como declara Quintana, “no se puede decir que las cremas de frutos secos sean el demonio, pero no son un elemento maravilloso ni supersaludable“. Así pues, se debe regular su consumo y priorizarlo a otros alimentos únicamente como herramienta para llegar a las necesidades energéticas en deportistas de alto rendimiento o en pacientes que hayan perdido el apetito y necesiten recuperar calorías.

Una tienda que sigue tendencias

En la calle Princesa de Barcelona (número 31), en pleno barrio del Born, se encuentra una tienda de delicias iranís. Su oferta es amplísima, desde frutos secos y fruta deshidratada hasta especias, delicias turcas, aguas de sabores y aceites, entre muchos otros productos. Sin embargo, su popularidad se debe a las máquinas de prensado de frutos secos que producen, al instante, cremas como la de cacahuete.

Tienda con mobiliario de madera
La tienda Sabores de la vida ofrece una amplia variedad de productos entre los que destacan las cremas de frutos secos. Fuente: J.G.A.

Su propietario, Amir, explica que hace dos años y medio que abrió la tienda, mientras que solo hace uno que dispone de las máquinas de producción de mantequilla de frutos secos. Aunque el establecimiento tiene un perfil de Instagram propio (@saboresdelavida.bcn), se hizo viral gracias un vídeo de Instagram y de TikTok del popular influencer gastronómico @bravasbarcelona.

Ofrece, por el momento, crema de avellanas, de almendras, de pistacho y de cacahuete. Esta última es la más económica de las cuatro, a 1,64 € por 100 g, mientras que la de pistacho es la más cara, a 5,75 € por la misma cantidad. A este precio hay que sumarle el medio euro del recipiente, aunque se puede traer de casa para ahorrar y ser más sostenibles. Tras el éxito de las cremas de frutos secos, las previsiones de Amir son positivas, ya que quiere añadir máquinas de prensado en frío para que los aceites que ya vende se puedan hacer también al momento y, de paso, volver a viralizarse en Internet.

Tostada con un giro

A pesar de que la oferta en los supermercados es cada vez más amplia, preparar crema de cacahuete en casa es muy sencillo. Tan solo hace falta un poco de paciencia para esperar a que se procesan los cacahuetes, suelten su grasa y se forme una pasta mantecosa.

Sus usos son diversos y se puede consumir tanto en platos dulces (galletas, bizcochos, yogures, etc.), como salados (salsas, patés, bocadillos, etc.), pero su consumo más habitual es sobre una tostada. La siguiente receta, compartida en el perfil de Instagram @aulanewsuao, muestra cómo preparar una tostada con crema de cacahuete y plátano caramelizado, una combinación original para disfrutar del sabor de la mantequilla de cacahuete como si fuera la primera vez.

Judit Guerrero Andiñach

Estudio el doble grado en Periodismo con Publicidad y RRPP en la Universitat Abat Oliba CEU. Mis mayores pasiones son la gastronomía y viajar, las cuales disfruto compaginando para descubrir nuevas culturas y tradiciones. Soy entusiasta y activa, dos cualidades que me ayudan a alcanzar los retos que me propongo.