Se puede decir que junto con el mate y el asado, las empanadas son una de las comidas destacadas de la gastronomía argentina. Y si bien pueden hacerse con jamón, queso, maíz dulce o verduras, las más clásicas son aquellas rellenas del producto estrella del país argentino: la carne de ternera. A continuación, va a poder aprender paso a paso como hacerlas en su propio hogar, ahora que el tiempo sobra y el hambre ataca a cualquier hora.
Ingredientes (5-6 personas)
Paso a paso
- En una olla, echamos un poco de aceite (dos o tres cucharas grandes), tres cebollas picadas, un pimiento picado y sal al gusto del consumidor. Ponemos a calentar la olla a fuego medio.
- Con estos ingredientes en la olla, hacemos el sofrito y cuando la cebolla está dorada, metemos la carne picada. Agregamos las aceitunas cortadas en pequeñas rodajas y mezclamos.
- A medida que se va cocinando la carne, echamos una pizca de pimienta. Mientras, colocamos el cubo de caldo en un vaso, y echamos agua caliente hasta la mitad. Mezclamos hasta que se disuelva y vertemos en la olla.
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- Cuando la carne está cocida, apagamos el fuego, cortamos en pequeños trozos el huevo duro y lo echamos a la olla. Mezclamos y dejamos enfriar.
d - Una vez fría la preparación, procedemos a armar las empanadas. Ponemos 1 cucharada sopera o 2, dependiendo el tamaño de la tapa. Doblamos de forma que nos quede un semicírculo.
- Ahora toca hacer el repulgue, es decir, el borde característico de las empanadas. Requiere práctica, por lo que no hay que alarmarse sí las primeras veces salen irregulares. Comenzamos en una de las puntas de las empanadas y vamos doblando cada punta sobre sí, sucesivamente, hasta llegar al otro extremo.
d - Una vez hechas las empanadas, rompemos un huevo en un vaso y lo batimos. Con el huevo batido, pintamos la superficie de las empanadas. Esto otorgará un color especial a las empanadas una vez salgan del horno.
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- Colocamos las empanadas en una bandeja y las metemos al horno a 200 grados, con calor arriba y abajo. Deberían estar listas en unos 25-30 minutos. Ya cocinadas, solo queda servirlas en la mesa, tal vez acompañadas de un Malbec. ¡Y a comer!
*Bonus track: Quien suscribe estas líneas recomienda comerlas con las manos. Es un firme creyente de que es imposible comer este plato con cubiertos y disfrutarlo. ¡Que aproveche!