Los descuidos en la salud mental causan daños colaterales graves

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Elena Pardo Bellmunt Elena Pardo Bellmunt

Hablar de problemas relacionados con la salud mental puede ser como un arma de doble filo si no se hace bien. En primer lugar, tratar el tema sirve para concienciar a la población de un realidad existente y poco conocida. Pero también pueden darse a conocer enfermedades y trastornos que sirven de pretexto al ‘efecto llamada’: asociaciones simples entre conceptos que provoca una imitación y deriva en una serie de consecuencias, en este caso contrarias a las deseadas en un inicio.

La realidad también supone que no abordar estas problemáticas supone ocultar información a la sociedad. Hacerlo objetivamente, sin opiniones partidistas ni recursos amarillistas, es una forma de defender la esencia del periodismo y evitar muertes.

Las muertes por suicidio duplican a las de accidentes de tráfico. Además, superan en 11 veces a los homicidios y en 80 veces a los de violencia de género. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2018 se suicidaron 3.539 personas en España. De esta cifra total, 2.169 eran hombres y 920 mujeres. Esto significa que por cada mujer que se quita la vida en España, lo hacen tres hombres. El INE también registra que mientras que un 52% de los hombres escoge el ahorcamiento como método para suicidarse, un 40% de las mujeres elige hacerlo saltando desde un lugar elevado.

Gráfico suicidios por edades. Salud mental.
Gráfico donde aparece el número total de suicidios por edades en España. // Instituto Nacional de Estadística (INE)

El suicidio está estrechamente ligado a situaciones difíciles a nivel financiero o a problemas en las relaciones interpersonales. Pero también se asocia a la depresión, soledad, a abusos de carácter sexual, físico y emocional, o al consumo de drogas o alcohol. Y en menor medida a la esquizofrenia y a los trastornos bipolar, límite de la personalidad, y de estrés postraumático. Cualquiera que sea el contexto, “existen multitud de avisos que nos alertan de esta situación”, advierte el psiquiatra Mario Páramo. “La persona puede querer cerrar una parte de su vida o tener actitudes pesimistas con las que muestra su disgusto con la vida. Pero también llegan a “dejar por escrito que quieren donar su cuerpo a la medicina o visitar páginas de Internet relacionadas con esta práctica”, manifiesta el sanistario.

La Fundación Española para la Prevención del Suicidio (FEPS) y la Sociedad Española de Suicidiología (SES), aseguran que un confinamiento prolongado debido al coronavirus puede “aumentar los cuadros de ansiedad, estrés, depresión o de conducta suicida”. Andoni Anseán, presidente de la FEPS, considera que “en 2008, la crisis económica nos mostró sus efectos negativos sobre la salud mental en general”. Y destaca que “de los suicidios en particular”. Para él, varias investigaciones a nivel europeo “relacionaron el aumento de un 1% en la tasa de desempleo con un aumento del 0,8% en la tasa de suicidios de personas menores de 65 años”.

Ante cualquier problema, el antídoto más eficaz es la educación. Magdalena Pérez, psicóloga clínica y responsable en Teléfono de la Esperanza del Área de prevención de suicidio, defiende que “los medios tienen una importantísima labor informando y formando”. Pero está en las manos de cada miembro de la sociedad concienciar sobre el suicidio y dejar de considerarlo un tema tabú. Porque solo hablando rigurosamente de la salud mental se salvarán vidas.

Elena Pardo Bellmunt