Vigilia por la tecnología

El coste del vínculo nocturno con la pantalla

La luz de los dispositivos digitales está relacionada con la falta de sueño entre adolescentes

Pantallas y falta de sueño en adolescentes
Pantallas y falta de sueño en adolescentes / Unsplash
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Los efectos negativos de las luces de las pantallas digitales afectan cada vez a más personas, dentro de una época marcada por la pandemia, el teletrabajo y las clases online. Sobre todo a la población adolescente, ya que como muestra un estudio reciente del American Academy of Child and Adolescent Psychiatry en Estados Unidos, son los que más horas pasan delante de ellas.

“Las pantallas –de televisión, de cine, de DVD, de celular y de computadora– son parte esencial de la cotidianeidad de los chicos. Se han naturalizado en sus vidas y forman parte importante de su identidad”, señala la doctora en comunicación, Roxana Morduchowicz, en su artículo “Los jóvenes y las pantallas”. Uno de los estudios de Amy Orben hizo con la Universidad de Oxford en 2017, demuestra que el uso de pantallas y redes sociales pueden reforzar lazos con familia y amistades. El principal problema es que sería beneficioso hacerlo durante una hora al día, cuando las estadísticas de tiempo invertido suele situarse mucho mayor, lo que puede derivar en el efecto contrario. Y el segundo, que suele vincularse con las consecuencias del hábito de trasnochar.

Las pantallas pueden ser la causa de aislamiento e insomnio
Las pantallas pueden ser la causa de aislamiento e insomnio / Unsplash

Afectación psicológica

“La falta de sueño impacta directamente la salud física y la mental. Además de que puede afectar la capacidad de tomar decisiones y la velocidad”, señala el artículo de INCyTU (Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión). Y es que tan solo una mala noche puede provocar efectos como somnolencia, agotamiento, irritabilidad y pensamiento difuso. Por otro lado, en relación al sistema cognitivo, se reduce el estado de alerta y de atención. La percepción emocional y la coordinación en reacciones físicas también resultan afectadas, con actividades como conducir, y la capacidad de lidiar con el estrés se aletarga.

La falta de sueño continuada aumenta el riesgo a un déficit del sistema nervioso, tal y como añade la página News Medical Life Science. Puede causar lapsus de memoria, disminución de la productividad o provocar un descenso ritmo académico, además de otros problemas físicos o neurológicos que se han conocido. Un riesgo que se agrava con la unión al uso de las pantallas. Y es que la consecuencia a la exposición prolongada frente a estos destellos de luz alteran la melatonina, hormona del sueño REM, que es la que aparece cuando se entra en la fase del sueño y da paso al momento que el cerebro aprovecha para reorganizarse.

Gran parte del comportamiento y los sentimientos en las personas se correlacionan con la duración y la calidad del sueño a raíz de los ritmos circadianos. Estos son los cambios bioquímicos en el cuerpo que funcionan como un reloj biológico. Regulan el humor, la digestión y los niveles de concentración a distintas horas del día.  

Ciclos circadianos en un ciclo de sueño normal
Ilustración de un ciclo circadiano / NIGMS

Pero lo más importante es que los estudios clínicos muestran que estos malos hábitos pueden provocar trastornos de sueño, depresión o enfermedades físicas graves, sobre todo comunes en la vejez. “Los trastornos relacionados con el sueño a menudo se diagnostican con una prueba del sueño durante la noche o con un estudio que mide la actividad cerebral a través del electroencefalograma”, señala un estudio de la Biblioteca Digital ACM.

De los ojos al resto del cuerpo

Algunas de las secuelas de la combinación de pantallas y falta de sueño también se originan desde épocas tempranas, como las oculares. Y en especial, la fatiga visual o astenopia. Ojos cansados, sequedad, ardor, irritación o dolor en los ojos, visión borrosa o doble, dolor de cabeza, entre otros, son los síntomas señalados por un artículo en SCiELO para el “Síndrome Visual informático (SVI). En la actualidad hay diferentes métodos validados en España para evaluarlo.

Además de esto, según la Encuesta Europea de Empresas sobre Riesgos Nuevos y Emergentes (ESENER-2), el uso excesivo del teclado y ratón táctil de los portátiles y pantallas táctiles exige un aumento en la movilidad los dedos, flexión o posturas mal inadecuadas o forzadas, sobre todo en extremidades superiores. Dando lugar al BlackBerry Thumb Syndrome (BTS) o “Whatsappitis” por la zona de pulgares o al Text Neck, la rigidez de cuello. 

La ausencia de sueño también tiene repercusiones en el sistema inmune, ya que durante este tiempo el cuerpo produce unas proteínas que permiten al cuerpo combatir enfermedades ocasionadas por virus y bacterias (citoquinas). Y en relación al sistema gastrointestinal, endocrino y metabólico, durante una mala noche el cuerpo segrega más cantidad de la hormona del hambre (ghrelina) en relación a la hormona de la saciedad (leptina). Además de esto, se disminuyen los de hormonas del crecimiento y testosterona. Y por el lado del sistema cardiovascular, aumentan el riesgo de enfermedades coronarias, hipertensión y diabetes.

G. Gutiérrez

Estudiante de periodismo con un gran interés por la cultura, literatura y sociedad.