Joventut y Cotonificio

El derbi que dividió a la capital europea del baloncesto

Badalona se convirtió durante años en el epicentro de la rivalidad entre dos clubes, como bien recuerda el exjugador Jordi Villacampa

Joan Filba defiende a Dave Angstad. Fuente: Francesc Olivés
Igor Ribas Crespo Igor Ribas Crespo

Un derbi siempre es un partido especial, único y emocionante, cualquier deportista de élite haría lo posible por jugar un derbi. Nos remontamos a finales de los años 70 en la ciudad de Badalona para relatar una rivalidad que hizo temblar al baloncesto español. El primer derbi de esta ciudad se disputó en el año 1971 entre el Joventut Schweppes y el San José Irpen. Sin embargo, en aquel entonces el Joventut se encontraba en su máximo esplendor con un reciente título liguero ganado en el 64, por lo que no había grandes rivales para él. Dos años después (1973) tras disputarse el eurobasket en Barcelona que supuso un gran éxito para el baloncesto español, llegaba otro club de Badalona a la máxima categoría del baloncesto español, hablamos del mítico Círculo Católico dirigido por Aíto García Reneses.

Inicios

El primer derbi entre Joventut y Círculo Católico se disputó en el año 1973 en el recién inaugurado Pabellón de Ausiàs March con una capacidad total de 5.000 personas. El Joventut arrasó al recién ascendido tanto en la ida como en la vuelta.
Dato: El Joventut se convirtió en el primer club español con Pabellón propio.

En la siguiente temporada 1974-75 Aíto García Reneses renovó el vestuario prácticamente al completo con la incorporación de tres jugadores de gran talento provenientes del Barcelona y del Real Madrid. Los azulgranas que decidieron sumarse a las filas del Circulo Católico fueron Sada y Peray. Mientras que el jugador del Madrid que decidió unirse a Aíto fue Viñas. La siguiente temporada, el Círculo Católico siguió sin conocer la victoria en el derbi Badalonés. Aunque sí lo hizo dos veces ante el Barcelona en la misma temporada en su campo. Los verdinegros, por su parte, se coronaron con la última copa del Generalísimo ante una nueva crisis en sus despachos.

Zoran Slavnić en la pista Sant Josep, la del Cotonificio
Zoran Slavnić en la pista Sant Josep, la del Cotonificio. Fuente: Francesc Olivés.

La chispa que detonó el conflicto entre Joventut y Círculo Católico

El fichaje de Ametller del Joventut por el Círculo Católico supuso el inicio de la guerra en Badalona. En la segunda vuelta de la temporada 1975-76 el Círculo Católico ganaba su primer derbi de Badalona en el estadio Ausiàs March. A partir de ese momento la rivalidad entre ambos equipos comienza a crecer de forma exponencial.

Temporada 1976-77 fue un punto de inflexión para el que fue el Círculo Católico de Badalona, ya que pasó a llamarse Club Baloncesto Cotonificio. Este nuevo sponsor significó un gran impulso económico y deportivo para el club. Nuevamente en esta temporada el Coto no fue capaz de doblegar a los verdinegros.

En la siguiente temporada ocurrió algo inédito, puesto que por primera vez en la historia, Liga y Copa recalaban en Cataluña. El Joventut logró su segunda liga nacional y el Barcelona se alzó con la segunda edición de la copa del Rey ante el Real Madrid.

Primera victoria del Cotonifico en el derbi badalonés

En la temporada 1978-79 el Cotonifico logró alzarse con la victoria por segunda vez en el derbi de Badalona y lo hizo en el feudo verdinegro con un marcador de 85-90. También consiguió empatar al Madrid 106-106 y doblegar al Barcelona 107-99. Era el inicio de la etapa dorada del club algodonero.

En la temporada 1979-80 el Joventut seguía sometido ante una gran crisis de poder en sus despachos. Pese a la gran inyección de dinero que supuso el nuevo patrocinio de Freixenet el equipo verdinegro seguía sin encontrar un rumbo claro en su proyecto. El Cotonifico por su lado trazó un gran camino que le permitió incorporar en sus filas a jugadores internacionales como Oleart y J. Schraeder así como la incorporación del joven Agustín Cuesta, que se unió al primer equipo con 20 años de edad. El derbi de Badalona en esa temporada se repartió a partes iguales, el Cotonifico dio el primer golpe en la ida con un marcador de 71-67, mientras que el conjunto verdinegro venció en el Ausiás March a su eterno rival con un marcador de 90-82.

Jack Schrader en el Pabellón Ausiàs March.
Jack Schrader en el Pabellón Ausiàs March. Fuente: Francesc Olivés

Temporada 1980 el inicio de la etapa dorada del Cotonifico

En el año 1980 Manel Comas llegaba al banquillo del Joventut y se produjo una renovación total en el vestuario. Respecto a la temporada anterior, tan solo repitieron Santillana, Margall, Delgado y Sagi-Vela. Destacamos la llegada del estadounidense Joe Galvin y también el debut de Jordi Villacampa. Aito por su parte, afrontaba su temporada número siete en un Cotonificio que no hacía nada más que mejorar.

Ese año el técnico del Coto optó por nuevas caras en el vestuario como la incorporación del ex-verdinegro Miguel Ángel Estrada, que llegó al Coto con 30 años y con la misión de aportar disciplina en el vestuario debido a su veteranía. También se incorporaron Antonio Tramullas proveniente del Mollet, Jordi Freixanet que debutaba con 18 años y César Galcerán para cerrar la rotación. Joventut se quedó sin su sponsor Freixenet que suponía una inyección de 25 kilos por temporada por lo que hizo que arrastrara una deuda de más de 10 millones de pesetas.

Aquella fue una de las temporadas más importantes para el Cotonificio en toda su historia, obteniendo el tercer puesto en la tabla de la clasificación, superando a su principal rival, el Joventut de Badalona, que quedó cuarto. En la primera jornada el conjunto dirigido por Aíto doblegada a nada más y nada menos que al Barcelona de Serra con un marcador de 94-87 en el campo del Cotonificio.

El equipo de Aíto fue derrotó al Joventut en ambos derbis, el primer partido finalizó con un ajustadísimo marcador de 85-86, mientras que en la vuelta el Coto venció de una forma muy contundente (99-77). Si la rivalidad entre estos dos equipos vecinos ya era grande tras este resultado, el conflicto se encarneció aún más.

Mejor temporada del Coto

La temporada 81-82 el Cotonificio firmó su mejor registro en liga. Veinte victorias y seis derrotas, repitiendo la tercera plaza en la clasificación como en el curso anterior. El derbi badalonés disputado en el campo del Cotonifico cayó a favor del equipo local con un marcador de 89-86. El Joventut consiguió doblegar a su eterno rival en Ausiàs March con un resultado de 88-81. La Penya, volvía a conseguir un sponsor para aquella temporada, nada más y nada menos que la empresa tecnológica Sony. Ese nuevo patrocinador supuso una inyección de 12 millones de pesetas que ayudaron a liquidar las deudas pendientes junto a las aportaciones económicas de los “amics del Joventut”, encabezados por Santiago March.

Cambios sorprendentes

En la temporada 83-84 sucedió algo insólito. Aíto García Reneses, quien fue entrenador del Cotonoficio durante diez temporadas, fichó por el eterno rival, el Joventut de Badalona. Mientras que Manel Comas ex-técnico verdinegro ocupaba el vacío de poder que dejó Reneses en el ya reconvertido Círculo Católico que pasó de llamarse Cotonifico a Licor 43. El hecho de perder el patrocinio de la firma algodonera fue una de las razones que convenció a Aíto para unirse al banquillo verdinegro.
El Círculo Católico Badalona estuvo a punto de desaparecer aquella temporada, puesto que el ayuntamiento de Badalona aplazaba nuevamente la construcción de su pabellón.

Cotonificio de Badalona.
Cotonificio de Badalona. Fuente: Francesc Olivés

Cotonificio contra las cuerdas

La situación era muy delicada, ya que el uso del viejo pabellón de La Plana, suponía una deuda de 6 millones por temporada para el Círculo Católico. Sin embargo, no se dieron por vencidos y recibieron la ayuda del ayuntamiento vecino de Santa Coloma, ofreciéndoles gratuitamente su pabellón municipal para sus entrenamientos y partidos. Gracias a esta oferta y a los quince millones de Licor 43 el histórico club badalonés podía tomar la salida en aquella nueva Liga. La Penya por su lado conseguía un nuevo sponsor, la firma de ropa barcelonesa Massana.

El Joventut se coronó en la primera fase de su grupo y el Licor 43 lo hizo en la segunda fase, consiguiendo la primera plaza con un registro de 13 victorias y una derrota. Sin embargo, el Licor 43 firmó una pésima primera fase, hecho que le hizo descender hasta la octava posición en la clasificación general. El Joventut por su parte, consiguió la tercera plaza en la primera temporada de Aito en el banquillo.

Segunda y última temporada de Aíto con la Penya

Temporada 84-85, Aíto remodelaba casi al completo al Joventut en su segunda y última temporada. Con el doble recambio de extranjeros, Schultz y Kazanowski, realizaría grandes cosas, aunque sin poder ganar ni la Liga ni la Copa. En esta temporada, se repite el formato de competición que en el curso anterior, dos fases y dos grupos. La Penya como era de costumbre, conseguía un nuevo patrocinador, Ron Negrita. Aunque pueda parecer un chiste, Ron Negrita y Licor 43 se vieron las caras en la segunda fase de la liga. Tanto el encuentro de la ida como el de la vuelta cayeron a favor del club verdinegro. El Joventut volvía a remontar y a conseguir grandes resultados que hacían soñar a Badalona con la posibilidad de volver a campeonar.

Punto de inflexión

Aquella fue una gran temporada tanto para el Joventut como el Licor 43. Los verdinegros consiguieron la segunda plaza en la clasificación general tras perder la final de los play-offs de la segunda edición de la ACB ante el Real Madrid. El Licor 43 de Manel Comas consiguió llegar hasta las semifinales de la ACB, donde perdieron el encuentro de ida y de vuelta contra el Real Madrid con unos marcadores muy ajustados (104-99 y 88-87). Aquella temporada podría haber sido histórica, ya que por primera vez en la historia dos clubes originarios de Badalona se podrían haber disputado la final de la ACB. Sin embargo todo se quedó en un sueño que nunca llegó.

La temporada 85-86, el fin de una rivalidad que duró 12 años.

Aíto García Reneses deja la Penya para unirse al Barcelona. La Penya otorgaba la máxima confianza a un técnico local, prestigiado al máximo como entrenador de base y que había retornado a casa tras haber realizado un muy buen trabajo en el Barcelona. Nolis optó por la pareja de americanos, repescando a Art Housey y a Gregg Stewart.

Manel Comas por su parte, no siguió al frente del Licor 43 debido a una oferta del CAI Zaragoza y tampoco lo hicieron dos de sus piezas claves como eran Phillips y Dykema. Ocupó el banquillo del conjunto licorero el joven Miguel López Abril aunque los malos resultados provocaron que fuera substituido a los tres meses de competición por Joan Costa.

Jordi Villacampa en Ausiàs March.
Jordi Villacampa en Ausiàs March. Fuente: M.A. Fornies.

El final del legado del Licor 43

Buena parte de la causa de los malos resultados deportivos, además de los problemas económicos que empezaban a afectar a la plantilla, fue la escasa fortuna en la contratación de los dos jugadores norteamericanos. El equipo obtuvo unas discretas 4 victorias por 10 derrotas en la segunda fase de la competición con lo que se clasificó en última posición habiendo de enfrentarse al Magia de Huesca con factor campo en contra en la lucha por una permanencia en la ACB que no se pudo mantener debido a la derrota por 2-1 ante el equipo aragonés.

Los dos últimos derbis se los llevó el Joventut, (91-71 y 95-78) y se puso punto y final a una gran rivalidad en el mundo de los derbis del baloncesto.

Anexo resultados derbi Badalona

Anexo resultados Joventut/Cotonificio. Fuente: Igor Ribas

Infografia anexo de victorias derbi. Fuente: Igor Ribas.

 

Entrevista a Jordi Villacampa

Conocemos a Jordi Villacampa, exjugador que llegó a debutar con el primer equipo del Joventut de Badalona con tan solo 16 años. Su carrera deportiva ha sido marcada por grandes momentos que dejan en su palmarés múltiples trofeos: 2 supercopas de España, 1 Copa del Rey, 2 Copas Korac, 2 Ligas ACB y por último, pero no menos importante la mítica Euroliga ganada en Tel Aviv ante Olympiakós. Villacampa es el segundo máximo anotador de la liga ACB con un total de 8.991 puntos. Tras retirarse del baloncesto en el año 1997 volvió al club, pero esta vez como presidente, un cargo que ocupó hasta el 2017.

P: Tu primera temporada con el Joventut es en el año 1980, y tus dos primeros derbis contra el Cotonificio terminan en derrota. ¿Recuerdas cómo fue aquella ajustada derrota de 85-86 en Ausiàs March?

R: Sí, recuerdo muy bien esos años, aunque yo era muy joven. Tan solo tenía 16 años cuando debuté con el primer equipo esa temporada. Y me acuerdo muy bien de los derbis con el Cotonificio, ya que era un equipo que jugaba muy bien al baloncesto y su campo era un pabellón pequeño donde había mucho ambiente. Había mucha presión y recuerdo que también me hacían jugar de base con lo cual me costaba todo un poco. Pero si recuerdo muy bien el gran ambiente que había en el Cotonificio y de la derrota no me acuerdo mucho pero si que el hecho de que jugamos en casa del Coto.

P: ¿Cómo fue debutar con 16 años en el Joventut y conseguir la copa Korac en esa misma temporada?

R: En el año 80 veníamos de tiempos un poco tenebrosos, complicados y fue un primer año con problemas internos con los jugadores, pero bueno fue mi primera experiencia muy gratificante por poder jugar con el primer equipo y además dio la casualidad, porque fue una casualidad que pudimos ir trampeando hasta poder llegar a la final de la Copa Korac y ganarla de aquella manera que la ganamos el día de San Jose del año 81 es un gran recuerdo. Pensaba que ganar títulos era fácil y me di cuenta de que no era nada fácil.

P: Hay algún derbi contra el Cotonificio que consideres que no olvidarás nunca?
Los derbis contra el Cotonificio ya los jugábamos en la categoría Junior, que eran ya derbis muy intensos. Creo que hubo un año que el Cotonoficio quedó campeón de España con Andrés Jiménez y Pere Costa como líderes de aquel equipo. Después con el primer equipo, pues eran derbis muy intensos, el Coto tenía un gran equipo con Jack Schraeder, Mendiburu, Cuesta, Héctor Perotas, Andrés Jiménez, Pere Costa, Pou y Freixanet. Me acuerdo de todos ellos, tenían un equipo muy bueno y nosotros en aquella época nos encontrábamos en una etapa un poco inestable, con lo cual quedamos por debajo de ellos en el año 81 y 82.

P: ¿Cuál crees que era el rival más complicado de detener en las filas del Cotonifico?¿Por qué?

R: El rival más complicado de defender en aquella época teníamos varios, pero sobre todo Jack Schraeder que era un tirador que en esa época era infalible y que después casualmente pasó a ser entrenador nuestro en la Penya. Pero en aquella época madura de su vida en el Cotonificio quizás era el rival más difícil de defender.

P: ¿Cómo se vivió en el vestuario la llegada de un entrenador como Aíto García Reneses en 1983 teniendo en cuenta que había dirigido al Cotonificio durante 10 años?

R: El fichaje de Aíto por la Penya fue el inicio de un proyecto a largo plazo que él no lo continuó, pero sí lo hicieron los jugadores que formamos parte de ese equipo, de aquel núcleo. Con Montero, Rafa, Juanan Morales y después con la incorporación de Andrés Jiménez que venía del Coto. Ese segundo año, recuerdo que quedamos subcampeones de liga contra el Madrid y Aíto nos marcó mucho como jugadores desde su lugar de entrenador. Para nosotros fue un aprendizaje muy importante.

P: ¿Cómo se preparaba un derbi contra el Cotonificio? ¿Se preparaba de alguna forma distinta que cualquier otro enfrentamiento? ¿Había alguna rutina?

R: Casi nunca preparas algo especial contra un equipo y aún menos en esa época. Ahora hay detalles de scouting, análisis de como juegan tanto colectivamente como individualmente. Siempre tienes la misma rutina para preparación un partido. Dependes un poco de cómo juegan ellos, de qué equipo tienen, pero no lo hacíamos de ninguna forma distinta a la de cualquier otro equipo.

P: ¿Un derbi de aquel calibre se disfrutaba o más bien se sentía una presión que no permitía disfrutar del baloncesto?

R: En esa época yo creo que lo disfrutaba un 20% y lo sufría un 80%. Era una época para mí de aprendizaje y difícil dónde jugaba de base y que no era mi posición natural, pero que sí me ayudó mucho para ir evolucionando hacia la posición de dos. Los derbis, aquellos los sufrimos, pero también era lo que nos gustaba más que era jugar a baloncesto.

P: ¿Había algún ritual antes de empezar un derbi?

R: No había ningún ritual habitual antes de comenzar un derbi. Cómo comentábamos todo era rutina, un buen calentamiento, estar mentalmente bien preparados para jugar el partido, haber entrenado bien los días previos, que eso es lo más importante y salir a jugar.

P: ¿Cómo era el baloncesto de los años 80?

R: El baloncesto de los años 80 era como el de ahora, pero físicamente peores. Yo creo que el talento y el conocimiento del juego era el mismo, pero ahora el baloncesto ha evolucionado mucho con el físico. Sobre todo con la velocidad, con la defensa, tiros más rápidos al salir del bloqueo. Todo eso ha tenido una evolución brutal en el deporte del baloncesto en estos últimos 30 años. Los jugadores son mucho más fuertes y más ágiles y se juega un baloncesto mucho más físico. Pero en cuanto a conceptos y talento yo creo que es muy similar.

P: ¿Cuál ha sido tú mejor y peor momento como deportista profesional en la década de los 80?

R: En esta época me pasaron muchas cosas. Debuté con el primer equipo, es un recuerdo extraordinario. A finales de los 80 gané mi segunda copa Korac. La primera fue a inicios de esa década, así que esos son mis mejores recuerdos. El peor recuerdo que me tocó vivir fue la exclusión para las olimpiadas de los Angeles. Tal vez marcó un poco mi destino, pero bueno nos machacamos, entrenamos y seguimos jugando. Creo que incluso pensándolo de forma egoísta creo que me ayudó para ser un mejor jugador.

Igor Ribas Crespo

Soy estudiante de periodismo y me considero un gran aficionado del deporte, en concreto del baloncesto. Entre mis aficiones se encuentra la navegación y la fotografía. En un futuro me gustaría trabajar como periodista deportivo o realizar documentales relacionados con la sociedad.