Tecnología

Lucha por la IA: la Guerra Fría de nuestro tiempo

La batalla por el control mundial de esta tecnología tan cotizada está más viva que nunca

Sam Altman y Elon Musk
Sam Altman (CEO de OpenAI) y Elon Musk (dueño de X)
Ignacio Delgado Sicilia Ignacio Delgado Sicilia

Juegos de poder, traiciones, dinero y, sobre todo, egos desmesurados. No, no es la nueva temporada de Juego de Tronos, es la guerra que sucede actualmente por el control de la IA (Inteligencia Artificial) a nivel mundial. Los protagonistas estaban claros: Elon Musk (CEO de xAI, X, Tesla, SpaceX, …)  y Sam Altman (CEO de Open AI). Pero hay nuevos actores, y no secundarios precisamente. China ha llegado de la mano de DeepSeek, y las reglas del juego han cambiado. Quién saldrá vencedor es todavía imposible de saber, pero sí podemos poner la lupa y echar la vista atrás para ver cuáles han sido los momentos clave de este conflicto tecnológico y quiénes se han visto afectados por esta guerra.

En el epicentro de esta batalla, el debate sobre la concentración de poder, la innovación y la regulación toma cada vez más relevancia. Mientras los gigantes tecnológicos maniobran para consolidar su dominio, las nuevas iniciativas chinas desafían el statu quo occidental con avances que podrían alterar las reglas del juego. La tensión crece en un mercado donde los intereses económicos, políticos y tecnológicos se entrelazan en una lucha por la supremacía digital.

Las claves de este enfrentamiento se encuentran en el desarrollo de los modelos de IA, la evolución de las empresas involucradas y las decisiones estratégicas que definirán el futuro de la inteligencia artificial. Para entender cómo se ha llegado hasta aquí, es fundamental revisar la historia de las grandes figuras de esta disputa, las tecnologías que están marcando la diferencia y los movimientos que podrían reconfigurar el sector en los próximos años.

Relación tormentosa

La historia de Musk y Altman viene de lejos. Ahora enemigos acérrimos, pero hace no mucho, amigos, compañeros y socios.

Los dos conocidos empresarios, junto a los Greg Brockman (presidente de Open AI), Ilya Sutskever (informático teórico) y otros investigadores, fundaron hace ya una década OpenAI, una organización sin ánimo de lucro que tenía como misión desarrollar inteligencia artificial de manera segura y en beneficio de la humanidad. La inversión inicial de Musk fue grande y, desde el primer momento, dejó en claro sus preocupaciones sobre los desafíos que la IA podía comportar a futuro. ¿El problema? Que el fundador y presidente de Tesla nunca llegó a tener control mayoritario en la organización.

Altman, que venía de ser presidente de Y Combinator, fue una figura clave en el desarrollo y cumplimiento de objetivos de OpenAI, y fue cogiendo poder a medida que el tiempo pasaba. Pero, detrás del éxito empresarial, la relación entre él y Musk se iba degradando.

El CEO de OpenAI Sam Altman
El CEO de OpenAI Sam Altman. Fuente: Pinterest

La ruptura definitiva llegó en 2018, cuando Musk dejó OpenAI por razones aún no confirmadas. Sin embargo, gracias a declaraciones de los mismos protagonistas años después, parece que hubo tres motivos principales: conflicto interno, desacuerdo sobre la dirección de la organización y desilusión con el proyecto. Mientras Musk tenía claro que OpenAI debía centrarse en investigar a fondo la IA, Altman tenía la intención de generar beneficios económicos y transformar OpenAI de una organización sin ánimo de lucro a una empresa tradicional. Hoy en día, sigue intentando consolidar ese cambio.

Para Raquel García, senior Data Scientist en Caixabank y experta en IA, esta confrontación es “más una estrategia de posicionamiento que una lucha real por principios. Al final, ambos buscan lo mismo: controlar el mercado y marcar la dirección de la IA”. Pero, ahora todo ha cambiado, China ha llegado, y el panorama establecido ha dado un giro inesperado, ¿o no tanto? El paradigma ha cambiado, ahora, a la guerra por el control global de la IA, hay que añadir el nombre de DeepSeek.

China entra en el tablero de la IA

Hasta ahora, la batalla estaba dominada por OpenAI, Google con Gemini y Anthropic. Sin embargo, China ha entrado de lleno con DeepSeek, una nueva generación de modelos de IA que podría redefinir el panorama. Su nueva versión, DeepSeek-V2, es un modelo Mixture-of-Experts (MoE) que destaca por su eficiencia y economía de entrenamiento. Como se destaca en el informe técnico de DeepSeek, su modelo “reduce el costo de entrenamiento en un 42,5% y minimiza la memoria caché necesaria en un 93,3%”.

Uno de sus puntos fuertes es la eficiencia, una ventaja clave por la escasez de GPUs y el costo de infraestructura, factores limitantes. Mientras OpenAI y Google necesitan enormes cantidades de hardware y recursos financieros para operar, DeepSeek apuesta por un modelo más ligero y escalable. Esto podría cambiar las reglas del juego, sobre todo en un contexto donde Nvidia, el principal proveedor de chips para IA, tiene una posición de dominio casi absoluto.

Dominio de Nvidia

La inteligencia artificial en esta guerra no es el único campo de batalla. Nvidia se ha convertido en el principal proveedor de hardware necesario para entrenar y operar modelos de IA. Su dominio del mercado es tal que muchos se preguntan si no estamos ante un monopolio que podría determinar el futuro de la IA. Sin las GPUs de Nvidia, ninguna de estas compañías podría entrenar sus modelos a gran escala.

“Es cierto que Nvidia tiene un poder enorme, pero tampoco podemos olvidar que sin un software eficiente, el hardware no sirve de nada. La clave estará en cómo las empresas optimicen el uso de estos recursos”, asegura Raquel García. 

Evolución en bolsa de NVIDIA
Evolución en bolsa de NVIDIA. Fuente: Ignacio Delgado

La Guerra por la IA apenas empieza 

La competencia por la IA no es solo una carrera tecnológica, sino también económica y política. Estados Unidos y China están inmersos en una nueva Guerra Fría, esta vez por el control de la IA. OpenAI, DeepSeek, Google y Nvidia son solo algunos de los actores principales de este conflicto. En este contexto, el futuro de la IA está lejos de estar decidido.

La clave ahora estará en ver si los modelos abiertos pueden imponerse sobre los modelos cerrados, si los gobiernos logran regular sin frenar la innovación y si Nvidia mantiene su dominio del hardware. Mientras tanto, la guerra por el control de la IA sigue su curso, y cada día trae nuevos movimientos en este tablero de ajedrez global.

Ignacio Delgado Sicilia

Soy estudiante de tercer curso de periodismo en la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona, con un certificado complementario en Social Media y Data Journalism. Soy colaborador en BCN Content Factory y estoy interesado principalmente en escribir sobre economía, empresa y los mercados financieros.