Medio mundo intenta hallar la respuesta económica a la Covid-19. La falta de estudios precisos y la certeza de cuándo desaparecerá la enfermedad originaria de China son las principales preguntas en el aire que pueden hacer retroceder la economía mundial a escenarios impredecibles.
La reducción del crecimiento del PIB por el confinamiento obligado para frenar la expansión del coronavirus y evitar el colapso de los centros hospitalarios puede variar en función de los meses que dure la pandemia. La Comisión Europea, en un informe publicado el 13 de marzo en el que evalúa el impacto económico de la Covid-19 sobre la Unión Europea (UE), prevé una contracción del 1,1% (frente al aumento del 1,4% del PIB previsto en enero de 2020). Esta caída, en el mejor de los escenarios, no sería recuperada de forma sustancial hasta 2021.
En España, según un estudio de la firma KPMG, se “debe tener en cuenta a cómo afecta el estado de alarma a los diferentes sectores de nuestra estructura productiva”. A pesar del endurecimiento del confinamiento, ambos informes estiman que se mantiene la actividad económica cerca del 60%. Este alto porcentaje se debe, concretamente, a actividades de primera necesidad como son la agricultura, las comunicaciones o la administración pública. Los sectores más afectados, por contra, son el comercio, la hostelería, las inmobiliarias o las actividades de ocio, con una fuerte y casi completa parálisis.
Futuro según escenario
La magnitud de esta gran recesión por la crisis del coronavirus tiene una única variable: su duración en el tiempo. De este surgen tres posibles escenarios, según desaparición total y estacionalidad o no de la Covid-19. El ritmo de los contagios, los niveles de inmunización de la población y la velocidad en el desarrollo de vacunas o tratamientos, además, serán claves en la contracción económica, según el informe “El impacto económico del COVID-19 y la respuesta de política económica”, de KPMG.
Escenario 1. El virus desaparece para siempre en verano. Podría suceder, como ocurrió con el SARS de 2002-2003. En este caso la duración de la crisis sería de entre dos y cuatro meses y la recuperación económica comenzaría a verse a finales de 2020.
Escenario 2. Virus estacional. Con las altas temperaturas desaparece en el hemisferio norte, pero se traslada al hemisferio sur, volviendo en invierno. Este sería, entonces, similar a la gripe común. A medida que la población se inmuniza sus efectos son menos peligrosos, lo que provoca una recuperación económica similar a la del primer supuesto, aunque más lenta y completa a principios de 2021.
Escenario 3. El coronavirus persiste. No se va con el cambio de estación. En este caso la única opción es la inmunización de la población que actuará como freno a la enfermedad. KPMG estima que en este supuesto, aunque el impacto es decreciente, la caída de la actividad productiva es incalculable. Sería, entonces, la peor recesión, posiblemente, de la humanidad.
¿Shock de impacto o cambio de ciclo?
La crisis del coronavirus, por el momento, es tan solo un “shock de impacto” mientras no perdure en el tiempo, según comentan analistas de la entidad bancaria Bankinter. En este caso, se debe, a que el causante de esta contracción es un factor exógeno de la economía que ha provocado un efecto inmediato y profundo. Pero ¿qué sucedería si esto se alargase en el tiempo y se cumplieran los escenarios 2 y 3?
Un ciclo económico contractivo, es decir, que perdurara en el tiempo esta situación de alerta sanitaria provocaría un cambio absoluto en la producción y en el crecimiento productivo tal y como lo conocemos hoy en día. “Es imposible precisarlo con fiabilidad, pero consideramos que 6 semanas de bloqueo sí serían demasiado, mientras que 3 o 4 semanas podrían encajarse sin demasiados daños estructurales”, explican analistas del banco comercial español. Ahí está el límite entre la recuperación o el declive de las economías nacionales de medio mundo.
El principal problema para la economía, más allá de la duración en el tiempo de la Covid-19 o los diferentes escenarios, radica en cuánto durará el estado de alarma y el confinamiento. Expertos de Bankinter aseguran que “si la actividad económica se reanuda a lo largo de la segunda quincena de abril”, tan solo será un “shock de impacto”, pero si es en mayo habrá un cambio de ciclo contractivo. El futuro de la economía depende de la estacionalidad del coronavirus, la inmunización de la población y la reanudación o no de la actividad económica, laboral y social.