La hostelería sufre la improvisación del Gobierno

Cocina restaurante hostelería
Restaurante funcionando, una de las grandes incertidumbres actuales
Carlos Manzano Martín Carlos Manzano Martín

La seguridad sanitaria debe primar ante la apertura económica. Esta premisa, que incluso el sector empresarial español tiene asumida, choca con la reactivación de la actividad económica, laboral y social. Si bien es cierto que la prudencia es indispensable en estos momentos, con la Covid-19 todavía rondando, la parálisis de la hostelería y hacer oídos sordos a las recomendaciones de expertos y diferentes organizaciones puede costar el futuro de las zonas económicamente más avanzadas de España, como Madrid o Cataluña.

La consultoría Ernst & Young (EY) presentó una propuesta-plan de apertura de la hostelería post Covid-19, a petición del Gobierno de España. En este informe, se analizan, a fecha de finales de abril, cómo debe ser la apertura de este sector clave, teniendo en cuenta las variables epidemiológicas de cada territorio. El estudio, además, propone la reconstrucción gradual con las fases (0, 1, 2 y 3) propuestas por el ejecutivo de Pedro Sánchez, pero con diferentes actuaciones a las que se han llevado a cabo hasta ahora. Resulta curioso que, ante este plan aprobado, el Gobierno haya decidido actuar de forma totalmente contraria a las recomendaciones de EY y otras asociaciones u organizaciones.

La peculiaridad vasca

Los tres territorios que más aportan al PIB español, per cápita, Cataluña, Madrid y el País Vasco, serían los que se encontrarían en un riesgo epidemiológico mayor para proceder a la apertura de la hostelería, según el informe de EY. Tanto es así, que Madrid no ha logrado pasar a la fase 1 y Cataluña procede al desconfinamiento por regiones sanitarias, manteniendo la parálisis en Barcelona y el área metropolitana norte y sur. No es el caso del territorio vasco, que el pasado 11 de mayo logró que las tres provincias entraran en el cupo de avance a la fase I del gobierno.

¿El apoyo al estado de alarma del PNV pudo condicionar dicha decisión? Es posible. Aunque el análisis que aquí venimos a dar se basa en variables económicas y sanitarias, no políticas. El País Vasco, a la cola en seguridad sanitaria a finales de abril con un riesgo de 4,17 (frente al 4 de Madrid y el 4,17 de Cataluña), pasó a la fase inicial abriendo establecimientos de hasta 400 m2 y con un aforo en terraza de hasta el 50% del habitual.

No obstante, según EY, la propuesta para la reapertura de la hostelería en la fase 0 tendría que haber sido la apertura de las terrazas (sumado al servicio delivery y de recogida que ya se aplicó) y en la fase 1 el servicio de mesas y de buffet, no cumpliendo este último paso. Esto hace que el País Vasco, basándose en el plan del estudio solicitado por el Gobierno, se encuentre en una situación intermedia mientras Cataluña y Madrid se ahogan en unos servicios mínimos que costarán caros a las dos grandes capitales de España.

Cataluña y Madrid mueren por la hostelería

El turismo, especialmente en Cataluña que cuenta con el histórico de ser la comunidad autónoma más visitada del país, empobrecería estas regiones y dejaría en desempleo permanente a miles e incluso millones de ciudadanos. En este sentido, Barcelona sería la ciudad más afectada con un riesgo económico alto si no se reactiva pronto el sector, solo superado por las islas Baleares y Canarias que pasaron hace semanas a la fase 1 de la desescalada.

En términos económicos, y no tanto para el sector ya que este podría ser otro, es necesario acelerar la apertura de los establecimientos hosteleros de dichas comunidades, respaldado con un plan de reactivación del turismo nacional e internacional. Así lo asegura el informe de Ernest & Young que, basándose en la población de 7,5 millones de Cataluña y algo más de 6 millones de Madrid sumado a que entre ambas aportan prácticamente el 40% del PIB nacional, podría comportar una recesión y desempleo nunca visto en España. Madrid y Cataluña son las regiones que tiran del carro de la economía española y, sin la hostelería, escapar del coronavirus solo traerá la pobreza más absoluta al país.

Desescalada improvisada

Las cuatro fases aprobadas por el Gobierno restringen la reactivación económica. En un principio, durante la fase 0 ya deberían haberse podido abrir las terrazas y en la siguiente fase el servicio a mesas y buffet. No obstante, ni las terrazas en la fase de preparación o el buffet en la inicial han estado activas. Este retraso en las medidas, quizás por miedo a rebrote sanitario, entorpece, especialmente, la subsistencia de los autónomos y comerciantes que ven como día tras día van quedando mermados por la incapacidad de ingresar. Esto comporta que, alrededor del 30% de los establecimientos, tras la desescalada completa, no vuelvan a abrir sus puertas tras entrar en quiebra.

Las fases 2 y 3 deberían hacer volver a la “nueva normalidad” definida por el Gobierno al sector hostelero. Desde EY, así como otros estudios aportados al ejecutivo, abogan porque en la fase intermedia (2), se proceda al servicio de barra y la organización de eventos, mientras en la final (3) se abran todos los lugares de ocio como discotecas o bares nocturnos. No parece que el planteamiento del Gobierno vaya a ser el de una apertura tan rápida, y menos según el territorio, aunque la base de la desescalada deberá ser la reactivación del consumo para no destruir empleo. Esta última variable deberá ser consensuada con todos los sectores huyendo de la improvisación, a pesar de la lentitud de desescalada y las alianzas políticas que puedan sucederse durante esta crisis.

Carlos Manzano Martín

Reporterismo para aprender cómo funciona el mundo. Bajo esta premisa trabajé como redactor y locutor en Catalunya Ràdio, y desde hace dos años descubro las historias más cercanas como redactor en El Llobregat. Aula News supone, para mí, un nuevo reto con enfoque local dentro del ámbito universitario.