Ha empezado el Ramadán, un mes en el que los musulmanes no comen ni beben desde el amanecer hasta el atardecer. Esta festividad marca su origen cuando el Profeta Mahoma tuvo la primera revelación en su texto sagrado, el Corán. “Es un momento de reunión y de compartir, ya sea a través de la comida, pasando más tiempo con los seres queridos o ayudando a quienes lo necesitan y no tienen suficiente para comer”, asegura Sarah Rouibah, francesa de origen argelina, que cada año cumple con esta celebración de la cultura islámica.
Las fechas del Ramadán cambian cada año, ya que los musulmanes se basan en el calendario ‘hijri’. Este se rige por el ciclo lunar y determina el comienzo del Ramadán cuando se avista el primer creciente lunar al atardecer del noveno mes del calendario. Por lo que este año 2025, el inicio será el 28 de febrero, y se alargará unos 29 o 30 días, dependiendo de la aparición del creciente lunar, que marcará su fin.
Una vez cae el sol por el horizonte llega el ‘iftar’. Este es el momento en el que se rompe el ayuno y las casas empiezan a llenarse de comida, que ha sido preparada previamente por la tarde o en los días previos. A lo largo de este mes festivo, sobre las 18.45 hora peninsular toda una mezcla de sabores que tanto caracteriza a la gastronomía árabe invadirá infinidad de hogares.
Para romper el ayuno, dátiles

Se cree que la tradición de romper el ayuno con dátiles viene del profeta Mahoma, es por eso que los musulmanes han querido seguir con la costumbre. Este es un alimento muy nutritivo que aporta energía después de un largo día de ayuno. Además, es una fuente de fibra y minerales como calcio, hierro, potasio y magnesio. “Por lo general, la gente rompe el ayuno con dátiles y agua, aunque algunas personas prefieren tomarlos con un vaso de leche”, declara Sarah Rouibah.
Una vez roto el ayuno, no existe un orden específico que marque qué se debe comer, ya que varía según las costumbres y preferencias de cada persona. Aún así, lo más común es seguir con un plato normalmente salado, como por ejemplo sopas típicas de la zona del ‘magreb’, como por ejemplo ‘chorba’ y ‘harira’.
Después del plato principal, se suele preparar un pan casero, como el ‘matlouh’ o la ‘kesra’, que servirán de acompañante para ser rellenados con diferentes alimentos como carne, verduras u otros ingredientes. Estos panes son esenciales comerlos, ya que aportan una gran cantidad de carbohidratos, además de que permiten infinidad de combinaciones. “Una vez ya se acabados estos dos platos principales, el orden y la combinación de comidas dependerá de cada uno”, explica Sarah Rouibah.
Existen infinidad de platos que se pueden comer durante el ‘iftar’, pero para Rouibah no pueden faltar encima de la mesa el ‘mhadejb’, una crepe árabe rellena de carne, cebolla y salsa de tomate, lentejas, ‘bureks’ (hojas de ‘brick’ rellenas), la ‘chakchouka’ (un plato argelino hecho con pimientos, tomate y huevos encima), la ‘pastilla’ (típica de Marruecos, con pollo, almendras y miel envueltos en una masa crujiente), el ‘cuscús’ (típico del Magreb en general) y la sopa de pescado.
Hidratación en Ramadán

Para acompañar toda esta cantidad de comida, es muy importante mantener una buena hidratación durante se esté comiendo. “No hay una bebida específica, pero por ejemplo es común que después del ‘iftar’, las personas tomen un té con hierbabuena, una bebida tradicional del norte de África”, subraya Sarah Rouibah.
Además del té, también se consumen otras bebidas como zumos, batidos, café, … todo dependerá de las costumbres de cada persona o familia. Eso sí, para Rouibah es importante que “después del ciclo de comida, es esencial hidratarse lo máximo posible, tomando pequeñas cantidades de agua regularmente durante la noche”, añade.
Fin del ayuno
Una vez se acerca el ‘suhur’ (momento en el que se vuelve al ayuno) es esencial hidratarse lo máximo posible, tomando pequeñas cantidades de agua regularmente durante la noche. También es importante no dormirse inmediatamente después de comer, ya que es importante que el cuerpo se tome el tiempo necesario para hacer la digestión.
Finalmente, el sueño es un factor importante, ya que el cuerpo necesita descansar para luego poder despertarse y comer antes de retomar el ayuno ‘suhur’ sobre las 6 de la mañana. “Me parece fundamental dormir a una hora razonable para poder levantarse por la mañana y tomar la comida que considero la más importante para mantenerse en forma durante el día”, afirma Sarah Rouibah.