Cataluña amaneció el lunes 13 de mayo de resaca electoral menos independentista que nunca y dejando un panorama político muy incierto. El PSC salió victorioso de los comicios, pero sus 42 diputados no fueron suficientes para gobernar en solitario. Los protagonistas de esta victoria fueron Salvador Illa, que asumió durante la campaña el discurso de la antigua Convergència, y el efecto amnistía de Pedro Sánchez, que parece haber beneficiado más a los perdonadores que los perdonados. Junts per Catalunya se erigió como segunda fuerza en el hemiciclo. Su líder, Carles Puigdemont, no renuncia ahora a formar gobierno e insta a ERC a rechazar pactar con los socialistas.
ERC sufrió una importante debacle al perder 13 diputados, pasando de 33 a 20 escaños. Tras afirmar el domingo que su partido actuaría como oposición, el líder d’ERC, Pere Aragonès, abandonó un día después la primera línea política en un acto de “responsabilidad” y sin aclarar si su partido apoyaría un gobierno de Illa o de Puigdemont. El PP, en cambio, superó todas sus expectativas y quintuplicó sus resultados, convirtiéndose en la cuarta fuerza del Parlament. Los de la formación de Alejandro Fernández han aprovechado la desaparición de Ciudadanos, absorbiendo sus 6 diputados, y han dado el sorpasso a VOX, que mantiene sus 11 escaños pero aumenta en número de votos. Ahí es nada…
Un nuevo rumbo político
La sorpresa estos comicios la dio Aliança Catalana, que entra por primera vez en el Parlament con 3 escaños. Los Comuns lamentaron perder 2 asientos, pero son conscientes de su papel en un futuro gobierno de izquierdas. La CUP descendió a 4 diputados y señaló públicamente que, tras estas elecciones, queda un Parlament “más españolista y más de derechas que nunca”.
En este escenario, al PSC no le queda más que planterasen dos opciones: o tripartito independentista con ERC y Comuns o un gobierno que superaría la mayoría absoluta con Junts. Pese a todo, se vislumbra también la opción de la repetición electoral en octubre, debido al bloqueo que puedan generar las condiciones de la formación de Puigdemont.
Se inicia, pues, tras estos comicios, lo que muchos denominan en Cataluña “la etapa post-procés”: un escenario político incierto, marcado por los peores resultados del independentismo desde 1980, y que debe tratar de formar gobierno los próximos meses con la vista puesta en las Elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán el próximo 9 de junio.